Un crimen horrendo ha conmocionado a Brasil. Un adolescente de 16 años confesó haber asesinado a tiros a sus padres y a su hermana en su casa de São Paulo. El joven, que se entregó a la policía, actuó motivado por la furia que le generó que le confiscaran el teléfono celular.
Según el relato del adolescente, la tragedia se desencadenó el jueves 16 de mayo tras una fuerte discusión con sus padres, quienes le recriminaron su comportamiento y le quitaron el teléfono como castigo. Esto enfureció al joven, quien planeó meticulosamente su venganza.
El viernes 17 de mayo por la mañana, aprovechando que el resto de la familia estaba fuera de casa, el adolescente tomó un arma de fuego de su padre, un guardia municipal, y disparó contra él en la cocina. Luego, subió al primer piso y mató a su hermana, quien se encontraba en su habitación.
El parricida convivió con los cadáveres de sus familiares durante todo el fin de semana, incluso saliendo de casa para ir al gimnasio y comprar comida. Finalmente, el lunes 20 de mayo por la mañana, no soportando más la culpa, llamó a la policía para confesar el crimen.
El adolescente, acusado de homicidio, feminicidio, posesión ilegal de un arma y vilipendio de cadáver, se encuentra detenido en un centro de menores. El caso ha consternado a la comunidad brasileña, quienes exigen justicia para las víctimas y cuestionan la salud mental del joven.
El adolescente no ha mostrado arrepentimiento por sus actos, se investiga si el joven sufría algún tipo de trastorno mental. Las autoridades aún no han determinado cuál será el futuro del arma utilizada en el crimen.
