De esta manera, en una semana, el riesgo país -indicador que mide el riesgo de que un país deje de cumplir sus obligaciones de deuda externa y que es calculado por JP Morgan- bajó 274 puntos.
El riesgo país ecuatoriano está muy por encima que el de los vecinos y es el tercero más alto 17 países de Latinoamérica. Mientras Perú tiene 197 puntos, Colombia llega a 405 puntos. Para los países vecinos es posible acceder a recursos en el mercado internacional. En cambio, el acceso de crédito para el Ecuador, pese a la baja, es inviable.
El ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, ha explicado que el riesgo país es el resultado de la incertidumbre política a mediano plazo, con miras a cuál será el siguiente gobierno (que podría buscar no pagar la deuda), porque en cambio, los indicadores económicos son positivos.
Por su parte, el Observatorio de la Política Fiscal en una carta abierta al país ha dicho que la inestabilidad política genera el debilitamiento de la democracia, exacerba el deterioro institucional del país. Asimismo, retrae la creación de empleo al magnificar los riesgos para invertir y obviamente anula las perspectivas de crecimiento de la economía. También asegura que ante irracionales demandas como las que se ha escuchado de querer “traer la reserva internacional para invertirla en el país”, se podría contaminar la solidez de la dolarización y del sistema financiero.
Además indicaron que hacen faltan miles de millones de dólares para cubrir el déficit fiscal y los vencimientos de las deudas contraídas, todo lo cual demanda un voluminoso financiamiento externo e interno que en este ambiente de violencia política será muy difícil conseguir. Recordemos que el déficit fiscal (dato oficial) supera los $ 2.700 millones y las necesidades de financiamiento bordea los $ 7.000 millones.