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El Plan Nacional de Desarrollo presentado por el gobierno de Daniel Noboa el pasado viernes 16 de febrero ha generado reacciones encontradas, especialmente en lo que respecta a la meta de reducir la tasa de homicidios intencionales.
Objetivo: bajar la tasa de homicidios. El plan se propone reducir la tasa de homicidios intencionales de 45,11 a 39,11 por cada 100.000 habitantes para el año 2025, al final del mandato de Noboa.
Si bien la meta representa una reducción significativa, algunos analistas la consideran poco ambiciosa, tomando en cuenta que en 2023 Ecuador registró más de 8.000 muertes violentas. Según las proyecciones del gobierno, para 2025 la cifra de asesinatos se reduciría a alrededor de 6.600.
Renato Rivera, analista de crimen organizado y seguridad, y coordinador del Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), considera que la meta del gobierno es realista, aunque advierte que reducir significativamente los homicidios en Ecuador podría tomar entre 10 y 20 años. «En muchos países de América Latina es muy fácil subir el número de homicidios, pero es muy difícil bajar esa tasa», señaló.
Katherine Herrera, politóloga experta en seguridad, coincide en que la meta no es ambiciosa, pero la califica como una «apuesta segura» que puede tener un impacto político positivo. Si el gobierno supera la meta, podrá destacar la efectividad de sus medidas para combatir la violencia e inseguridad.
Ambos expertos coinciden en que el hecho de que el gobierno haya fijado una meta clara en materia de seguridad es un aspecto positivo.
El Plan Nacional de Desarrollo de Noboa ha generado debate sobre la meta de reducir la tasa de homicidios. Si bien algunos la consideran poco ambiciosa, otros la ven como un paso en la dirección correcta. El tiempo dirá si el gobierno logra alcanzar su objetivo.
