Dos de las hijas de O Rei, Flavia y Kely Nascimento, caminaron en medio de un pasillo de honor formado por los jugadores en la grama del estadio Mané Garrincha de la capital brasileña.
Las dos mujeres, visiblemente emocionadas, cargaron dos de las tres Copas del Mundo ganadas por el exdelantero, único futbolista en conquistar tres títulos mundiales (1958, 1962, 1970).
La tercera estuvo en manos del presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ednaldo Rodrigues. La entidad, encargada de la organización del partido, no precisó de momento si se trataban de réplicas o de las tazas originales.
Los jugadores del Flamengo y Palmeiras, que portaron camisetas amarillas y negras con el ‘10′ estampado en el frente, el número inmortalizado por Pelé, los aplaudieron a medida de que se acercaron al centro del campo, donde los trofeos fueron exhibidos antes del pitazo inicial.