El fenómeno de El Niño es un evento climático mundial que produce el calentamiento de las aguas del mar y provoca fuertes inundaciones, así como sequía en distintos países del mundo.
Los episodios de El Niño se producen por la fluctuación de las temperaturas en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, y suelen ir asociados a un aumento de las precipitaciones en algunas zonas del sur de Sudamérica, el sur de Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central.
Ecuador ha soportado este proceso climático en numerosas ocasiones, pero los de mayor magnitud han sido los de 1982-1983 y 1997-1998, sucesos que cobraron decenas de vidas y destruyeron gran parte de los cultivos, así como de la infraestructura vial, con millonarias pérdidas económicas.
Los impactos de ese evento climático, según el documento elaborado por la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), se producirían en salud, infraestructura, producción, agricultura, acuicultura, pesca, turismo.
En el área de salud habría casos de dengue, leptospirosis, mordedura de culebras, conjuntivitis, así como infecciones a las vías urinarias y vaginales.
Afectación de vías, impacto en saneamiento, impacto en fuentes de agua potable, afectación a la distribución de energía serían los efectos en infraestructura.
En el área de la producción habría falta de materia prima, ausentismo laboral y problemas logísticos.
Inundación de cultivos, plagas, problemas con la floración serían las complicaciones en agricultura, mientras que en acuicultura habría daños en muros y accesos y problemas de salinidad.
En pesca, migración de especies y algas nocivas serían las consecuencias, y en turismo, daños en infraestructura y también problemas logísticos.
La estación de lluvias en la Costa se da entre enero y abril, pero si se presenta El Niño se podría adelantar e iniciar en diciembre.