En el condado de Jinyang, en la provincia china de Sichuan, las fuertes lluvias de la semana del 21 de agosto provocaron la muerte de al menos cuatro personas y la desaparición de otras 48. La información no salió a la luz hasta el 30 de agosto, cuando las autoridades informaron que las lluvias habían provocado una inundación en un área donde se estaba construyendo una autopista.
Al menos 201 personas estaban en el lugar de las obras cuando comenzó la inundación, y 149 de ellas lograron escapar indemnes. La policía está investigando el caso y continúan las labores de búsqueda de los desaparecidos.
Estas fuertes lluvias no son únicas en China. En los últimos días, el país ha registrado precipitaciones en diversas partes, con provincias como Jilin, Liaoning, Shandong, Shanghái, Fujian, Guangxi, Yunnan y el Tíbet activando el segundo o tercer nivel más alto en la escala de alerta.
A principios de agosto, China sufrió el impacto del tifón Doksuri, que dejó al menos 33 fallecidos en Pekín con un volumen de lluvias no visto desde hace 140 años.
En 2021 y 2022, los veranos en China ya estaban marcados por unas precipitaciones de una intensidad inédita en décadas en el centro del país, con más de 300 muertos, y por una persistente sequía en zonas más al sur.
Las causas de estas fuertes lluvias son multifactoriales, pero se cree que el cambio climático está jugando un papel importante.
