Muchos sismos sacuden el Ecuador y las casas son los inmuebles comúnmente afectados. Profesionales ecuatorianos dan indicaciones para evitar que su hogar sufra de daños irreparables o de accidentes donde usted pueda estar involucrado y salir afectado a causa del mismo sismo.
Según Liliana Carbonell, especializada en arquitectura sustentable y sostenible, el término que identifica a las casas seguras es sismorresistente. “Si tienes una casa que ya está construida y no sabes si ya tiene todos los requerimientos técnicos, ahí es un poco complicado porque en el Ecuador existe mucha construcción informal. Muchas personas con el afán de ahorrarse los honorarios de un profesional técnico o de hacer el procedimiento burocrático de sacar permisos de construcción o de contratar a un arquitecto recurren a la contratación de maestros y ellos mismos comprar el material”, indica.
“Yo vivo en un barrio de clase media y los fines de semana veo autoconstrucción, trabajan los maestros y no hay supervisión técnica con respecto a los elementos estructurales, entonces ahí existe un problema. Esa es la mentalidad del ecuatoriano, también por desconocimiento, porque si tú vas a construir tu vivienda que es una inversión a largo plazo, ya que un inmueble tiene una vida útil de 30 años o más de acuerdo con su mantenimiento, tienes que contratar los servicios de un profesional para que sea lo más resistente posible”, señala.
El arquitecto guayaquileño Alberto Randich se suma a la conversación y dice que se entiende por vivienda segura a una que no presente daños en su estructura, fisuras o caídas en el tejado a causa de un sismo leve, “no debería tener ninguna incidencia dentro de la casa”, indica.
En caso de un sismo intermedio, Randich señala que en esta vivienda “sí se admiten daños en la mampostería, fisuras en los muros o paredes, también es normal que caigan botellas o adornos pequeños”. Mientras que en un terremoto ya se pueden generar daños más grandes en casas bien construidas.
“No sabemos los sismos que intensidad tengan, pero si la intensidad se pasa de fuerte, por lo menos que la vivienda no se te caiga encima al instante sino que te de la oportunidad de poder salir”, indica Carbonell.
“A veces las personas confían en la experiencia de los maestros de obra o hasta quieren ellos mismos encargarse de la construcción, pero no debe ser así. Deben asesorarse con un profesional, con cálculo estructural de un ingeniero civil con supervisión técnica para convertir su vivienda en una antisísmica”, expresa el arquitecto.
Contratar a un ingeniero civil, persona encargada de estudiar la normativa del sector, es vital en caso de que esté buscando construir una nueva propiedad. La casa se diseña de acuerdo con sus requerimientos en cuestión de espacio y necesidades, sin embargo, el profesional supervisa los planos estructurales como la cimentación, las dimensiones de las columnas, vigas, losas y el armado de cada elemento.
En caso de ya tener una casa construida, según Carbonell existen ingenieros estructurales que hacen revisiones: “No pueden vivir con una incertidumbre, hay maestros que son superbuenos que han trabajado en obras grandes, pero eso no quiere decir que se deba esquivar la tarea del profesional más que todo porque estamos en una zona sísmica y hay que tomar conciencia”.
Si este departamento es viejo, se debería tomar un tiempo para contratar a un ingeniero profesional que evalúe la casa, menciona. Así se asegurará de estar al tanto de cualquier elemento estructural que hubiera que reforzar.
Si tiene una casa y le quiere aumentar un piso, no se trata de comprar el material y llamar a un obrero. Sí existen profesionales de todos los costos, no es que todo arquitecto o ingeniero es costoso. Hay diferentes profesionales que se ajustan a los presupuestos de los clientes”, comenta la guayaquileña.
Randich da consejos para implementar dentro del hogar ya construido o en caso de alquilar: “Asegurar las lámparas, ver cómo están instaladas. Es preferible no tener lámparas colgando en los cuartos. Normalmente uno tiene ventiladores en el techo, estos deben estar con placas de anclaje o con cables, correas y alambres, lo mismo para los muebles o cómodas que están contra la pared para que no se volteen”.
Es vital que las familias se tomen un momento para pensar dónde distribuir los muebles más grandes y qué se va a colocar encima de ellos. Por ejemplo, evitar tener librerías o estanterías cerca de la cama y colocar los objetos de más peso o mayor peligro, como sustancias químicas de uso casero, cerca del suelo.
En las ventanas, recomienda trabajar con películas porque generalmente el vidrio no es templado sino que es crudo y ahí es cuando estallan y son peligrosos. También hay que identificar los electrodomésticos que usan gas y asegurarse de que están fijados al suelo y de que tienen conexiones de tuberías flexibles. Estos deberían estar fijados a la pared para que no se volteen, esto también se le aconseja a las personas que tienen bar en su casa. “Lo mismo con los cuadros, estar lo más juntos a la pared, sujetados y pegados con cinta de doble uso”, expresa.
Las señalizaciones también son importantes: “A veces cuando ocurren los temblores estamos con visitas y no saben por dónde salir, entonces deberían señalizar el ingreso y salida de emergencia de la casa. De una forma creativa o estética, pero que esté presente”. Un plan de emergencia para terremotos debería incluir un mapa con vías de escape, lugares de encuentro y puntos de contacto, además de tener marcadas las válvulas de cierre de gas, electricidad y agua, y cómo cerrarlas.