El colon o intestino grueso mide 1,5 metros aproximadamente, es un tubo muscular ubicado al final del sistema digestivo -cuya última parte es el recto-, siendo su función acumular agua y almacenar los desechos que se convierten en heces.
¿Cómo funciona el colon y por qué es tan importante? La Universidad de California San Diego – Salud (UC San Diego Health) explica que los desechos semilíquidos de los alimentos pasan del intestino delgado al grueso, donde pierden agua y se solidifican.
Luego “los fuertes músculos mueven las heces por el colon”, detalla, hasta que llegan al punto denominado colon sigmoide, de donde pasan al recto y de allí al ano para su expulsión del cuerpo.
Es importante que el colon funcione correctamente para expulsar todos los desechos o sustancias que el cuerpo no requiere y que de no hacerlo, pueden adherirse a las paredes del intestino grueso, lo que podría provocar afecciones.
La Biblioteca Nacional de Medicina, MedlinePlus, explica que existen diferentes trastornos que pueden afectar el funcionamiento del colon como lo son el cáncer colorrectal, la colitis ulcerativa, el sindrome del intestino irritable, la diverticulitis y los polipos del colon.
Remedios caseros para limpiar el colon
Una buena alimentación, que incluya alimentos ricos en fibra, los cuales encuentras en frutas, verduras y cereales integrales; hidratación, actividad física, control del estrés y descanso suficiente ayudan al funcionamiento normal del sistema digestivo y la salud en general.
Lo normal es ir al baño tres veces al día (o al menos una vez ) o no menos de tres veces por semana, según refiere Cuidate Plus.
Para mantener el colon limpio existen algunos remedios caseros que pueden ayudarte. Estos son los cinco que refiere El Independiente.
Sábila: extraer el jugo de la sábila cortando una penca a la mitad, unir a medio litro de agua y el zumo de dos limones. Tomar tres veces al día durante dos días.
Agua de vinagre de sidra de manzana: mezclar un vaso de agua con dos cucharadas de vinagre y dos de miel. Tomar una vez al día.
Té de jengibre: hervir una raíz de jengibre para extraer el jugo. Calentar dos tazas de agua y verter el jugo de jengibre y zumo de limón. Tomar tres veces al día.
Té de anís: hervir agua y agregar el anís. Apagar y dejar reposar unos minutos. Tomar antes y después del desayuno.
Limón y miel: en un vaso de agua tibia mezclar con el zumo de un limón, un poco de miel y de sal marina. Tomar en las mañanas en ayunas.
