Una operación antinarcóticos realizada en el Control Sur de Tulcán, en la E 35, descubrió 138 bloques de clorhidrato de cocaína en un doble fondo de un automotor.

El alcaloide prensado venía desde Colombia y estaba oculto en una caleta elaborada en el piso de un vehículo 4×4, cuatro puertas, con placas ecuatorianas, que ingresó desde territorio colombiano, burlando los filtros de control en el puente internacional de Rumichaca.

En el transporte viajaba una pareja y una menor de edad, originarios de la provincia de Esmeraldas, que permaneció durante un día en la fronteriza ciudad de Ipiales, frente a Tulcán, hasta que metalmecánicos efectúen el ocultamiento de la droga y sellado del apartado adaptado.

Con herramienta y una cortadora fue abierto el compartimiento que existía en la parte inferior del chasis, encontrando los agentes antinarcóticos los ladrillos comprimidos de ´coca´, que fueron extraídos de ese lugar uno a uno.

Las investigaciones señalan que los ahora detenidos tenían previsto trasladarse hasta Santo Domingo de Los Tsáchilas, donde debían hacer una parada, para luego continuar hacia el puerto de Manta, desde donde presumiblemente el cargamento iba a salir hacia Europa.

El logotipo que presentan los bloques con las siglas DVT genera inquietud en las autoridades policiales, ya que sería la primera vez que se incauta clorhidrato de cocaína con esas abreviaciones.

Buscan determinar si se trata de un envío realizado por un nuevo cartel que opera en la frontera colombo-ecuatoriana.

Se desconoce si se trataba del primer traslado de estupefacientes que realizaban los ciudadanos esmeraldeños aprehendidos o si ya habían efectuado otros. La menor de edad fue entregada a la Dinapen, que más tarde la entregó a familiares que arribaron a esta ciudad.

Según Darío Salguero, jefe Antinarcóticos de Carchi, los 138 kilos en el mercado negro de Ecuador tienen un valor de $ 552.000, en cambio que en Estados Unidos se cuadriplica y alcanza un precio de $ 4 millones; mientras que en Europa costaría 6 millones.