En las últimas semanas en General Villamil Playas, balneario de la provincia del Guayas ubicado a algo más de una hora de Guayaquil, se han reportado una serie de asesinatos que mantienen a la población en zozobra.
Solo esta semana han muerto al menos seis personas, una de las víctimas fue Carlos Buitrón, el coordinador de Obras Públicas del Municipio local. Tras el crimen, el GAD impuso el teletrabajo al resto de directores y se han reportado algunas renuncias.
El funcionario, de 55 años, trabajaba desde el 2018 en los proyectos de la ciudad y fue baleado la noche del miércoles 23 de agosto, afuera de un local de comidas de la avenida Pedro Menéndez, en el centro de Playas.
Según testigos, los sicarios no solo le dispararon, sino que también se habrían llevado su computadora.
El alcalde de Playas, Gabriel Balladares, aseguró que Buitrón jamás mencionó algún tipo de amenaza. Además, aclaró que era un funcionario que había trabajado para la ciudad desde la anterior administración.
Esa misma noche que mataron a Buitrón se reportaron dos sicariatos más en el distrito policial de Playas.
La cifras oficiales de la Policía dan cuenta de un incremento alarmante: de 7 asesinatos (del 1 de enero al 23 de agosto de 2022) se pasó a 35 casos en lo que va del 2023.
Balladares mencionó que efectivamente la violencia, sobre todo en las últimas semanas, ha recrudecido en su localidad. Dijo haber pedido ayuda al Gobierno central para controlar la situación y haber convocado mesas de trabajo con algunas entidades, pero esto aún no da resultados.
Sostuvo que de los 82 policías que hay en Playas, 22 uniformados que llegaron hace poco ni siquiera cuentan con armas o chalecos antibalas. Serían jóvenes recién graduados.
“Yo como alcalde estoy gestionando vehículos para que ellos puedan ejercer su labor. No tienen ni donde dormir los policías y hay que construir un espacio”, expresó Balladares. Agregó que al asumir la Alcaldía, hace 100 días, solo halló $ 14.000 en las cuentas del cabildo.
El alcalde admitió que la cercanía con el puerto de aguas profundas, en Posorja, vuelve a General Villamil Playas un punto estratégico para la organizaciones delictivas que quieren tener acceso al agua, por eso también manifestó que muchos de los fallecidos a bala no serían habitantes del cantón.
Balladares incluso mencionó que en un par de ocasiones le ha tocado al Municipio salir a desmentir rumores de su muerte. Pidió a la Fiscalía investigar todos los crímenes, pero en especial determinar el móvil del asesinato del funcionario de Obras Públicas, pues esto estaría afectando emocionalmente al resto de trabajadores. “Están asustados”, dijo.
Además, reveló que algunos negocios están cerrando porque cada vez llegan menos visitantes a esta localidad playera de 60.000 habitantes en la que solo el 10 % cuenta con agua potable y el 5 % con servicio de alcantarillado, según su alcalde.
