La matanza se produjo un día antes de la visita del papa Francisco, que llegaría a Sudán acompañado de Justin Welby, arzobispo de Canterbury y jefe espiritual de la Iglesia anglicana, y de Iain Greenshields, la personalidad más importante de la Iglesia de Escocia.
En un tuit, Welby se mostró “horrorizado” por el ataque. Lamentó que estos actos se produzcan “demasiado a menudo” en el país y pidió que “Sudán del Sur se una en favor de una paz justa”.
El arzobispo añadió que mantiene a las familias de las víctimas en sus oraciones, y que ya empezó su viaje para estar con las personas de Sudán.