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Viacrucis, camino de fe en Semana Santa para acompañar a Cristo en su Pasión

La Semana Santa, que comienza el domingo 24 de marzo y culmina el sábado 30 de marzo de 2024, es un tiempo de reflexión y recogimiento para los católicos. Uno de los ejercicios más representativos de este período es el Viacrucis, que significa «camino de la cruz», a continuación te explicamos cómo debes rezarlo.

El Viacrucis conmemora los últimos momentos de la vida de Jesús, desde su condena hasta su crucifixión y sepultura. Se trata de un recorrido por 14 estaciones que representan diferentes episodios de la Pasión de Cristo.

¿Cómo se reza el Viacrucis?
Se reza de pie, y en algunos momentos de rodillas. Además, se debe hacer caminando, deteniéndose en cada estación para meditar y reflexionar sobre el sufrimiento de Jesús.

En las iglesias, las imágenes del Viacrucis están alrededor del templo, pero también se puede realizar en casa.

Las 14 estaciones del Viacrusis:
Primera Estación: Jesús es condenado a muerte.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Mateo 27, 22-23.26: «Díceles Pilato: «Y ¿Qué voy a hacer con Jesús, el llamado el Cristo?» Dicen todos: «¡Sea crucificado! «Pero ¿Qué mal ha hecho?» preguntó Pilato. Más ellos seguían gritando con más fuerza: «Sea crucificado». «…Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo entrego para que fuera crucificado».

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Segunda Estación: Jesús carga con la Cruz.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Mateo 27, 27-31: «Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; y , trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!», y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle.»

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.
Tercera Estación: Jesús cae por primera vez.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Libro del profeta Isaías 53, 4-6: ¡Y de hecho cargó con nuestros males y soportó todas nuestras dolencias! Nosotros le tuvimos por azotado, herido por Dios y humillado. Más fue herido por nuestras faltas, molido por nuestras culpas. Soportó el castigo que nos regenera, y fuimos curados con sus heridas. Todos errábamos como ovejas, cada uno marchaba por su camino, y Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros.»

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Cuarta Estación: Jesús encuentra a María, su Santísima Madre.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Lucas 2, 34-35.51: » Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción. ¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma! a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»…Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.»

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Quinta Estación: Simón ayuda a llevar la Cruz de Jesús.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Mateo 27, 32; 16, 24: «Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar su cruz.» «Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.»

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Sexta Estación: La Verónica enjuga el rostro de Jesús.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Libro del profeta Isaías 53, 2-3: «Creció ante él como un retoño, como raíz en tierra reseca. No tenia apariencia ni presencia; (le vimos) y carecía de aspecto que pudiésemos estimar».

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Sétima Estación: Jesús cae por segunda vez.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Libro de las Lamentaciones 3, 1-2.9.16: «Soy el hombre que ha visto la aflicción bajo el látigo de su furor. Me ha llevado y me ha hecho caminar en tinieblas y sin luz. Ha cercado mi camino con sillares, ha torcido mis senderos. Ha quebrado mis dientes con guijarros, me ha revolcado en la ceniza».

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Octava Estación: Jesús consuela a las hijas de Jerusalén.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Lucas 23, 28-31: «Jesús se volvió a ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porqué llegarán días en que se dirá:¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron!. Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Sepultadnos! Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿Qué se hará?».

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Novena Estación: Jesús cae por tercera vez.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Libro de las Lamentaciones 3, 27-32: «Bueno es para el hombre soportar el yugo desde su mocedad. Que se esté solo y silencioso, cuando el Señor se lo impone; que humille su boca en el polvo: quizá así quede esperanza; que ponga la mejilla a quien lo hiere, que se harte de oprobios. Porque no desecha para siempre a los humanos el Señor; después de afligir se apiada según su inmenso amor…»

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Décima Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 33 -36: «Llegados a un lugar llamado Gólgota, esto es, «Calvario», le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero él después de probarlo, no quiso beberlo. Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echando a suertes. Y se quedaron sentados allí para custodiarle.»

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Undécima Estación: Jesús es clavado en la Cruz.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Mateo 27, 37-38: «Sobre su cabeza pusieron, por escrito, la causa de su condena: «Este es Jesús, el rey de los judíos». Y al mimo tiempo que a él crucifican a dos salteadores, uno a la derecha y otro a la izquierda.»

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Duodécima Estación: Jesús muere en la Cruz.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Mateo 27, 45-50: «Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: «¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?», esto es: «Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?. Al oírlo algunos de los que estaban allí decían: A Elías llama éste». Y enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber. Pero los otros dijeron: «Deja, vamos a ver si viene Elías a salvarle». Pero Jesús. dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu.»

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Decimotercera Estación: Jesús en brazos de su Madre.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Juan 19, 25: «Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.»

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

Decimocuarta Estación: Jesús es sepultado.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Evangelio según San Mateo 27, 59-61: «José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en un sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue.»

Meditación. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Señor ten piedad de nosotros, ten piedad de nuestros pecados.

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