¿Recuerdas cuando eras niño y los días de verano parecían interminables? Cada momento era una aventura por descubrir, y el tiempo se extendía ante ti como un lienzo infinito. Sin embargo, a medida que envejecemos, esta percepción cambia drásticamente.
A partir de la adultez, los años parecen volar, y a menudo nos preguntamos dónde se ha ido el tiempo. ¿Cuál es el origen de esta sensación de que el tiempo se acelera a medida que avanzamos en edad?
Envejecimiento y la percepción del tiempo
El psicólogo Yago López Pérez señaló que existen diversas teorías sobre la percepción del tiempo según la edad. Por ejemplo, una sostiene que el tiempo se siente más lento para los niños, pues deben procesar con mayor profundidad las situaciones diarias que les son novedosas, mientras que para los adultos es más parte de la rutina.
El experto también dijo a La Voz de la Salud que también se cree que el ser humano percibe el tiempo en relación a lo vivido. “Para un niño de, por ejemplo, cinco años, un año es el 20 % de su vida. En cambio, para una persona de 50 años, un año representa un 2 % de su vida”, explicó.
A medida que envejecemos, también desarrollamos más la parte prefrontal del cerebro, la cual estimula la comprensión de conceptos tan abstractos como el tiempo, algo de lo que carecen los niños.
¿Cómo retomar la cronología infantil?
Por supuesto, ya no somos niños y ahora tenemos un mayor entendimiento de cómo pasa el tiempo, pero esto no quiere decir que no seamos capaces de retomar parte de la cronología infantil, como señala La Voz de la Salud.
“Volver a vivir como si fuésemos niños, experimentando el paso del tiempo como algo más gradual y no tan brusco, sería beneficioso para nuestra salud mental”, destaca dicho medio, el cual recomienda:
- Practicar la meditación para mejorar la relación con el ahora.
- Disminuir el uso de dispositivos digitales como relojes y teléfonos celulares.
- Dedicarse a pasatiempos como la lectura de libros, la pintura, entre otros.