El sector productivo del país está sufriendo un duro golpe por los apagones que se están registrando en todo el territorio ecuatoriano. Según Roberto Luque Nuques, encargado del Ministerio de Energía, las pérdidas económicas ascenderían a $12 millones por hora, lo que significa un total de $72 millones diarios.
La principal central hidroeléctrica del país, Coca Codo Sinclair, se vio obligada a detener su operación durante 12 horas entre el 23 y 24 de abril debido a la llegada de sedimentos a la captación. Esta parada provocó una reducción del 13% en la producción hidroeléctrica del país.
A pesar de la falla en Coca Codo Sinclair, no se han producido cortes de energía adicionales gracias a que los embalses de Mazar y Paute (Amaluza) se encuentran llenos y han podido compensar la baja producción. Además, se han registrado lluvias en Azuay, lo que es positivo para el abastecimiento energético.
Las empresas mineras del país han acordado reducir su consumo de energía en 33 MW durante 60 días como una medida para apoyar al país en la crisis energética. Esta reducción de consumo comenzará el próximo 26 de abril.
El gobierno está implementando medidas para aumentar la capacidad de generación de energía. Se encuentran en proceso de instalación 37 unidades de generación para las centrales de Quevedo y Santa Elena. Se espera que estas unidades estén operativas a principios de agosto.
A pesar de las medidas tomadas, el ministro ha reconocido que estas no son suficientes para solucionar el problema de los apagones de forma definitiva. Se necesitan medidas a largo plazo para garantizar un suministro energético estable.
Las pérdidas económicas ocasionadas por los apagones son alarmantes y representan un serio obstáculo para la economía del país. La situación energética actual requiere de acciones urgentes y efectivas para evitar que la crisis se agrave.