Lo que empezó como una moda local en Guayaquil parece estar expandiéndose a nivel nacional. Los patos amarillos fueron de los objetos más vendidos en las últimas elecciones de Ecuador.
La popularidad fue tal que hasta una de las observadoras de los comicios que se encontraba dentro del centro de mando del Consejo Nacional Electoral (CNE), lucía un pato en su cabeza.
El origen de los patos amarillos
Un artista holandés Florentijn Hofman fue quien presentó por primera vez a un enorme pato amarillo de casi 20 metros de altura en una escultura que flotó por algunas ciudades de Asia y Europa.
En Ecuador, los patos empezaron a lucirse para las fiestas julianas de este año. Los vendedores ambulantes comercializan el particular accesorio a un precio de un dólar aproximadamente.
La moda trascendió las fronteras provinciales, pues luego de popularizarse en Guayaquil, los patos amarillos son cada vez más comunes en Quito y otras partes del territorio nacional.
