Manchester City, por fin, logró la meta que llevaba buscando desde la llegada de Josep Guardiola, convertirse en el rey de Europa: le ganó la final de la Champions League al Inter, 1-0, en un partido que estuvo por debajo de las expectativas.
En una insípida y ramplona primera parte, el Manchester City, que perdió a Kevin de Bruyne por lesión, no pudo con el ordenado Inter de Milán y el marcador llegó 0-0 al descanso en Estambul.
Las mejores de la primera parte las tuvieron Bernardo Silva, con un disparo escorado que se marchó cerca de la escuadra, y Erling Haaland, con un remate a media altura que sacó Onana.
El Inter se conformó con algún contraataque aislado y con un 0-0 que le permite soñar con el título en la segunda mitad. La peor noticia para el City fue la lesión de Kevin de Bruyne, que se marchó sustituido a la media hora tras una entrada de Hakan Calhanoglu.
Pero ya en el segundo tiempo, en un partido muy correcto del Inter, apareció la grieta y el City aprovechó. Rodri tomó un rebote en el borde del área y anotó el 1-0 a los 68.
El Inter se animó y se perdió dos opciones increíbles, en especial una en el remate del partido, que Ederson atajó increíblemente y que luego, Rubén Dias casi la mete en su arco en el rebote.
