Nadie sabe nada, pese a que todos pagan. Las denominadas ‘vacunas’, con las que las organizaciones delictivas amenazan a todo tipo de comercios en el país, también viajan en el transporte público urbano de Guayaquil. Quizá no como un usuario más, pero sí como una advertencia latente a los conductores o propietarios de buses que, de no pagar cierta cantidad de dinero por recibir “seguridad”, pueden ser blanco de un ataque armado que atente contra sus vidas o herramienta de trabajo: sus unidades.
“Ya no se puede ser héroe en Guayaquil. ¿Qué le vamos a hacer? Si no pagamos, nos pueden hasta matar o balear las unidades, y ¿cómo comemos?”, responde a este Diario un conductor, en voz baja y con gestos de enojo, al consultarle por qué no denuncian la extorsión. Justificó, mientras conducía un vehículo que alquila, que no lo hacen porque “ellos (las organizaciones delictivas) no andan con juego; están armados hasta los dientes. Mientras que en los policías ya no se puede confiar, porque o son cómplices o no tienen ni balas para defendernos. Entonces, toca pagarles, porque si no, al día siguiente te están baleando las unidades, y ¿cómo trabajas? Y eso si corres con suerte, porque te pueden hasta matar”, explicó el hombre, quien tras varias preguntas refirió que él no sabía nada sobre la extorsión que hoy amenaza a las cooperativas de transporte.
La extorsión de la que es víctima este conductor es parte del subregistro de las cifras oficiales. Según la Fiscalía General del Estado, en 2022, se receptaron 6.888 denuncias por el delito de extorsión, siendo la provincia del Guayas la que tiene más casos receptados: 1.793. Ahora, en los casi tres meses que ha marcado el calendario de 2023, la entidad ha receptado 1.704 demandas por este delito; siendo la provincia de Guayas la más afectada: 569 denuncias por extorsión.
Conductores refirieron que los extorsionadores cobran las denominadas ‘vacunas’ por estación. Es decir, si una cooperativa de transporte público está ubicada en sectores distintos de la urbe, cada una deberá pagar a la banda delictiva que se ha apoderado del sector. Detallan que pagan a diario o semanal.