Los albaneses han tenido una estrategia común en los países a donde llegan, incluido el Ecuador: mostrarse como emprendedores exitosos e inversionistas.
De forma cauta se vinculan a empresas, principalmente, agrícolas para camuflar la droga que envían a Albania, país desde el que distribuye el estupefaciente a otros países de Europa.
Alessandro Ford, investigador de InsightCrime, dice en un informe de la BBC, que la mafia albanesa llegó a Latinoamérica para hacer sus propios negocios, desde el 2000.
Su principal razón es comprar cocaína a bajo precio a través de contactos realizados con carteles de Colombia, Ecuador, México y Perú.
Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia del Ejército, confirma que para esta mafia es importante coordinar envíos de droga a Albania, porque es el punto más accesible para ingresar los alijos a Europa.
Desde Albania se puede colocar el producto en Grecia, Turquía, Italia, República Checa, Francia, España, de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito.
Mafia ingresa fácil al Ecuador
A nuestro país llegaron por las facilidades para ingresar y aún más a partir del 2008, que ya no se les exigía visa y podían permanecer como turistas hasta tres meses. Así los albaneses se empezaron a perfilar en Ecuador en el camino de emprendedores exitosos.
Pero los registros migratorios disponibles del Ministerio del Interior solo dan cuenta del flujo migratorio desde el 2017. En ese año arribaron al país 168 albaneses y salieron 171. Entre ese año y enero del 2023 han entrado 982 ciudadanos de ese país y salido 981.
Hay que tomar en cuenta que, desde agosto del año pasado, el Ecuador exige visado, pero también esta data solo refleja los ingresos oficiales. El exfiscal, Agapito Valdez, dice que el crimen organizado internacional se da maneras para evadir los controles formales, por lo que es usual que falsifiquen documentación.
Además, suplantan identidades, se cambian nombres y logran entrar a un país para conseguir negociaciones irregulares. Esto se agudizó también por el retiro de la Policía de los controles migratorios, que fue ordenada en el 2011 por el expresidente Rafael Correa.
Del análisis de los datos llama la atención que el número de albaneses que declara que llega al país por negocios es muy bajo. En los seis años analizados apenas 24 dijeron que el motivo de su viaje eran los negocios, frente a 709 que dijeron entrar por turismo.
Albaneses se afincan en ciudades costeras
Según la Policía llegan a hoteles caros y no adquieren bienes, más bien arriendan casas lujosas con fuertes seguridades y de esta manera los albaneses no dejan rastro en Ecuador sobre su carrera de emprendedores exitosos . Se han ubicado estratégicamente en ciudades costeras de Guayas, Manabí y El Oro, por donde pasa el alcaloide hasta salir del país.
Al disfrazarse de grandes empresarios se han introducido en empresas locales, sobre todo exportadoras de frutas, como banano, para sacar la droga con destino a Europa.
Primero guardan la droga en ciudades cercanas a los puertos ecuatorianos, envuelven el cargamento con carbón para evitar la detección y colocan los logos de las organizaciones, que son dueñas de las cargas.
Tienen nexos y ayuda de bandas locales
Según las pesquisas policiales, los albaneses conocen muy bien cómo contaminar los contenedores y pasar desapercibidos, pues cuentan con la complicidad de funcionarios de los puertos y lo hacen con extrema seguridad y cautela.
Hay operativos policiales que han mostrado la capacidad que tienen para movilizar drogas. El 26 de junio del 2014, por ejemplo, se realizó el operativo Balcanes, en Guayaquil, Samborondón y Durán. Ahí se desarticuló una organización narcodelictiva, en la que destacaron albaneses, kosovares y ecuatorianos.
La Policía se aprendió de 277 768 gramos de cocaína, 104 de marihuana, 27 de heroína, USD 38 000, 32 000 euros, siete automotores y dos armas de fuego calibre 9mm.
La Operación Avalancha 258, en mayo del 2019, en cambió se efectuó en Puerto Bolívar, en donde se halló un contenedor de 30 cajas de banano con 388 paquetes de cocaína, que tenían como destino Europa.
Los albaneses también operan con mafias locales. Esto se evidenció en la reciente captura del albanés Artur Rrapaj, en Samborondón, quien ha sido relacionado con el cartel Nueva Generación y está siendo procesado por supuesto enriquecimiento privado no justificado.
Al extranjero, de 36 años, se lo encontró con USD 321 000 en efectivo. Nació en la ciudad de Fier, uno de los principales centros industriales de Albania, ubicado en el noreste de ese país. Tiene antecedentes penales en su país y con un pasaporte caducado hace 10 años.
Decena de empresas envueltas en supuesto narcotráfico y lavado de activos
Otro albanés que ha provocado un remesón en las altas esferas gubernamentales es Dritan Gjika. Aparece como socio de Rubén Cherres, cercano a Danilo Carrera, cuñado del presidente, Guillermo Lasso.
Ahora es investigado por presuntos narcotráfico y lavado de activos.
Este hombre, de 47 años, arribó al país desde 2009 y tres años más tarde consiguió tener cédula en Guayaquil. A partir del 2014 se afianzó como empresario solo y luego con Cherres.
Gjika aparece como presidente y accionista de la firma Cannmaná, dedicada supuestamente a la producción y comercialización de canabis, con sede en La Maná (Cotopaxi).
Además, es socio de otras seis compañías, todas domiciliadas en Guayaquil, en el Sky Building. Están relacionadas con la exportación de frutas, especialmente banano y con el negocio inmobiliario.
Según el Frente Anticorrupción de la Asamblea, al menos siete compañías inmobiliarias no cumplieron con las normas de control de lavado de activos.
Junto con Gjika hay otro albanés investigado: Spahiu Erjon, que tienen movimientos migratorios entre 2010 y 2014.