En la ciudad de Quito, los robos con armas blancas se han convertido en el pan de cada día de los delincuentes, donde uno de los puntos de estos atracos es la Universidad Central del Ecuador en la que estudiantes tienden a ser drogados con escopolamina o a ser secuestrados.
Los alumnos indicaron que son varios los casos de secuestros que se realizan en la zona. Una de las víctimas de este hecho relata que, mientras esperaba el transporte público para dirigirse a su domicilio, fue sorprendida por sospechosos que obligaron a la joven para que se subiera en el automotor.
La fémina fue llevada a un lugar desconocido en la que se encontraban otras chicas en condición de secuestro, donde los sospechosos seleccionaban a sus víctimas para ser llevadas a otra habitación.
Familiares y amigos cercanos a la joven comenzaron con las labores de búsqueda, sin resultados positivo. La mujer fue abandonada en un punto cercano a la universidad.
El martes 30 de mayo, los estudiantes se movilizaron al Municipio de Quito exigiendo que se realicen mayores controles y patrullajes, mejorar la iluminación en los exteriores de la universidad.
El alcalde de Quito, Pabel Munoz interrumpió la reunión en la que se encontraba para recibir al grupo de estudiantes. Representantes de los docentes y estudiantes entregaron la petición formal al burgomaestre.
