Cruzar la frontera sur de Estados Unidos es una de las maneras en la que los inmigrantes ingresan al territorio estadounidense con esperanzas de establecerse en el país, pero para entrar tienen que superar los obstáculos legales en la frontera. Durante más de tres años, una normativa llamada Título 42 permitió que las autoridades fronterizas expulsaran a los migrantes rápidamente y sin un proceso que evitara que volvieran a intentar entrar.
Sin embargo, desde mediados de mayo perdió vigencia el Título 42 en Estados Unidos, y lo reemplazó el antigüo Título 8, que estipula sanciones más graves y un proceso más largo para las personas que son capturadas en la frontera.
Desde el 12 de mayo, las personas indocumentadas pueden enfrentar las siguientes sanciones:
- Serán procesadas conforme a las autoridades de expulsión acelerada que brinda el Título 8 en cuestión de días.
- Quedarán imposibilitadas de volver a ingresar en Estados Unidos por al menos 5 años si se ordena su expulsión.
- No serían elegibles para pedir asilo, cuando no medie una excepción aplicable.
- Podrían ser procesadas penalmente en cada intento posterior que realicen para cruzar la frontera de manera ilegal.
Para aquellos que reingresan de forma indocumentada tras ser deportados las prohibiciones pueden ser de hasta 20 años o incluso ser procesados y enfrentar cargos penales. La pena máxima es de dos años de cárcel en una prisión federal.
Para los niños aplica una regla diferente. Los menores de edad que ingresan indocumentados y solos por la frontera, o que hayan sido abusados, son puestos en custodia por las autoridades fronterizas, hasta que puedan reunirse con familiares o tutores en Estados Unidos.
De acuerdo al Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, es posible que las personas en proceso de expulsión acelerada expresen temor de sufrir persecución en el país del que son nacionales. En esas instancias, serán entrevistados para determinar la credibilidad de su caso.