Ecuador se dolarizó en el año 2000 para frenar la rampante crisis económica y social que se agravó por el feriado bancario de 1999, provocando una masiva ola migratoria no vista antes. La salida de ecuatorianos al exterior en busca de mejores días hizo que el envío de remesas al país sea un elemento importante para los hogares que las reciben, sobre todo en momentos de crisis. Durante el tiempo de vigencia de la dolarización, que cumple 25 años este 9 de enero, los migrantes han enviado alrededor de 71.724 millones de dólares, según datos del Banco Central del Ecuador (BCE).
La apreciación sobre el peso que tiene el flujo de remesas para la dolarización divide las opiniones de expertos. Por un lado, hay quienes consideran que el dinero de los migrantes ha sido uno de los pilares fundamentales para sostener la dolarización debido el ingreso de divisas.
Por otro lado, están aquellos que señalan que las remesas, si bien son importantes, históricamente no han alcanzado un volumen lo suficientemente alto, que rebase el 10 % del producto interno bruto (PIB), para que sean sumamente determinantes para la estabilidad de la dolarización.
Cuando el país adoptó el dólar las remesas sumaron $ 1.317 millones, equivalentes al 8,3 % del PBI de ese entonces. Los siguientes años los envíos de los migrantes siguieron subiendo hasta los $ 3.088 millones en 2007. Luego registraron una tendencia hacia la baja hasta el año 2015, cuando llegaron a $ 2.378 millones (2,4 % del PIB).
En adelante las remesas no han parado de aumentar, coincidiendo con el debilitamiento del crecimiento económico de Ecuador. En la pandemia, año 2020, se reportaron $ 3.338 millones (3,5 % del PIB). El coronavirus marcó una nueva ola migratoria de ecuatorianos hacia el exterior, lo que en 2021 se tradujo en $ 4.362 millones de remesas recibidas (4,1 % del PIB). En 2022 se recibieron $ 4.744 millones; en 2023 $ 5.447 millones.
Hasta el tercer trimestre de 2024 se han registrado $ 4.753 millones por ingresos de remesas, de acuerdo con la balanza de pagos del BCE. Con ese ritmo se estima que las divisas que envían los migrantes cerrarían el año con la histórica cifra de $ 6.010 millones (4,9 % del PIB), calculó el economista Marcelo Varela.
Estados Unidos y España son los principales destinos a donde han llegado ecuatorianos para trabajar y mandar dinero a sus familiares, según los registros del Banco Central. Los recursos que llegan a Ecuador son usados más para cubrir gastos de consumo de los hogares y muy poco para la inversión, señalan los economistas Marcelo Varela y Marco Naranjo.