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Un derrumbe de gran magnitud ocurrido en la montaña Tintanil ha dejado un saldo devastador en las provincias de Loja y El Oro. Al menos 53 familias resultaron directamente afectadas: 30 de ellas enfrentan daños estructurales en sus viviendas y pérdida total de sus cultivos, mientras que otras 23 han visto cómo sus casas fueron completamente destruidas.
El deslave cubrió aproximadamente 800 metros de la vía que conecta ambas provincias, dejando a varias parroquias rurales —Santa Rufina, Buenavista y Amarillos— incomunicadas y obligadas a cruzar a pie por zonas de lodo y piedras para abastecerse de alimentos o trasladar productos.
Las lluvias intensas también provocaron que se represara el agua en las quebradas Guaduas y Buenavista, lo que agravó aún más la situación para al menos 24 familias que quedaron aisladas sin acceso a servicios básicos.
“No hay vías, no hay por dónde trasladarse. La gente le toca caminar dos, tres horas para poder pasar el río”, relató Byron Ramón, agricultor afectado.
José Largo, otro habitante de la zona, contó que él y su padre apenas lograron escapar cuando el agua comenzó a subir abruptamente. “El agua tapó la casa, subió dos metros y medio. Se murieron animales, gallinas… y estamos ahorita de cero”, expresó conmovido.
Según el último informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos, el desastre ha afectado o destruido un total de 60 viviendas, ha dejado al menos 200 animales muertos y ha provocado el colapso de los sistemas de agua potable, alcantarillado y transporte.
Las autoridades locales y organismos de emergencia continúan evaluando los daños y coordinando labores de ayuda humanitaria para las familias damnificadas, mientras persiste la amenaza de nuevas lluvias en la región.
