Una mujer es víctima de femicidio cada 23 horas en el país. A esa conclusión llegó el reporte de la Alianza para el Mapeo de Femicidios en Ecuador, realizado por un conjunto de organizaciones como el Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer (Cepam), la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos y la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo (Aldea), presentado en mayo pasado.
El reporte detalla que 58 femicidios, de los 122 ocurridos entre enero y abril de este año, fueron perpetrados por personas allegadas a la víctima. Los 64 restantes, diferencian, se llevaron a cabo bajo el contexto de un sistema criminal: fueron daño colateral de ataques violentos.
La edad promedio de las víctimas de femicidio fue de 32 años. Sin embargo, la edad más frecuente en los ataques contabilizados fue de 25 años. El reporte también informó que la víctima más joven de los primeros cuatro meses del año tenía un año. La de mayor edad, 70, y por lo menos seis eran menores de edad.
De las mujeres asesinadas, 46 eran madres, y dejaron a “por lo menos” 80 niños en condición de orfandad. Esta es otra de las consecuencias de los femicidios: según Aldea, en Ecuador han quedado huérfanos 1.296 niños por femicidios de 2014 a 2021.
Setenta y cinco de los femicidios registrados fueron perpetrados con armas de fuego, y el rango de edad de 18 a 35 años fue el más afectado por esta modalidad de violencia: representaron 36 de los casos totales de asesinadas con armas de fuego, el 48 %.
