Los nuevos productos de tabaco, como los vapeadores, están ganando popularidad entre los adolescentes de 13 a 18 años, lo que enciende las alarmas entre los especialistas por sus graves consecuencias para la salud. Al igual que el cigarrillo tradicional, los vapeadores representan un alto riesgo de contraer cáncer de pulmón, favoreciendo la aparición de tumores en los pulmones o la propagación del cáncer a otras partes del cuerpo.
Expertos advierten que el consumo de vapeadores podría derivar en cáncer de pulmón en un plazo de 15 años. Si un adolescente inicia el “vapeo” a los 15 años, a los 30 o 35 años ya podría haber desarrollado esta enfermedad. Según el doctor Bartomeu Masutti, oncólogo médico, “hay datos suficientes que evidencian que el vapeo tiene el mismo impacto nocivo que el tabaco convencional”.
El cambio en el consumo de tabaco hacia los vapeadores, especialmente entre los adolescentes, podría tener graves consecuencias para la salud en el futuro cercano. La falsa percepción de que por su ausencia de nicotina “no son tan perjudiciales” como el tabaco convencional, promueve una falsa sensación de seguridad entre los jóvenes.
En respuesta a esta preocupante tendencia, el nuevo Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027 busca equiparar la regulación de los cigarrillos electrónicos con la del tabaco tradicional, reconociendo los riesgos asociados con el vapeo.
Es importante destacar que los vapeadores no son inocuos. Entre sus riesgos se incluyen:
Sustancias carcinógenas: Los vapeadores contienen sustancias químicas que pueden causar cáncer.
Penetración profunda del vapor: La inhalación de productos químicos a través del vapeo puede llegar a las partes más profundas de los pulmones, aumentando el riesgo de enfermedades pulmonares.
