Un estudio del Hospital del Mar Research Institute ha validado un biomarcador que demuestra que el origen del envejecimiento prematuro en personas con VIH lo causa la misma infección y no solo el tratamiento que reciben los pacientes con antiretrovirales.
Las personas infectadas por VIH, cerca de 40 millones en todo el mundo, sufren un proceso de envejecimiento precoz al cual se asocian diversas patologías, como desórdenes neurocognitivos, afectación a su salud cardiovascular y enfermedades que afectan al hígado y los huesos, indica la revista ‘Journal of Microbiology, Immunology and Infection’.
Investigadores han analizado los niveles de las moléculas de microRNA, moléculas pequeñas de ARN que modulan la expresión de otros genes, en la sangre de personas con VIH. Y han visto como una en concreto presentaba niveles mucho más elevados de lo que es habitual. Se trata de miR-21-5p, que está relacionada con la inflamación, así como con el estrés oxidativo, lo que derivaría en un envejecimiento acelerado.
Para confirmar la hipótesis, el estudio ha comparado los niveles de este marcador con un grupo de personas sanas y otro de pacientes ‘Elite’. Estos pacientes son un grupo minoritario de personas infectadas por VIH que controlan espontáneamente la infección.
En su caso, también tienen el miR-21-5p alterado, lo que sugiere que tienen un estado inflamatorio crónico, a pesar de controlar la infección. El hecho que este grupo también tenga este biomarcador elevado permite confirmar que el origen de esta alteración se encuentra en la infección misma y no en el tratamiento con antirretrovirales que reciben las personas con VIH.