Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, fue extraditado el viernes 15 de septiembre desde México a Estados Unidos; era el narcotraficante más buscado por su participación en el tráfico de fentanilo, indicó la justicia estadounidense.
«Esta acción es el paso más reciente en el esfuerzo del Departamento de Justicia para atacar todos los aspectos de las operaciones» del cartel de Sinaloa, señaló el fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, en un comunicado.
Guzmán, quien fue arrestado por las autoridades mexicanas en enero de este año, era uno de los narcotraficantes más buscados por Washington por su participación en el tráfico de fentanilo, y se enfrenta ahora a una serie de cargos federales en diferentes tribunales del país.
El fiscal agradeció al Gobierno mexicano por lograr el traslado de Guzmán y aseguró que EE.UU. seguirá trabajando para traer ante la Justicia a «los responsables de alimentar la epidemia de opioides que ha devastado a comunidades en todo el país».
La justicia estadounidense presentó cargos en tres distritos federales distintos contra Guzmán y tres de sus hermanos por haber presuntamente asumido el liderazgo del Cartel de Sinaloa tras el arresto y la posterior extradición de su padre a EE.UU.
Los cargos también se emitieron como parte de una investigación sobre «la mayor y más prolífica operación de tráfico de fentanilo del mundo», liderada por el cartel de Sinaloa y «alimentada por compañías farmacéuticas chinas».
El cartel de Sinaloa, según Washington, es el cartel narcotraficante «más poderoso del mundo» y responsable en gran parte de la producción y manufactura de fentanilo para su distribución en EE.UU., donde esa droga, considerada 50 veces más potente que la heroína, es «la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 49 años».