El gobierno de Panamá instaló barreras de alambres de púas en varios puntos de acceso al tapón del Darién, en la frontera con Colombia, para impedir el paso de migrantes que se dirigen hacia Estados Unidos.
«Se cerraron entre cuatro y cinco pasos por donde ingresaban migrantes irregulares a Panamá, conducidos por ‘coyotes’ (traficantes de personas), desde Colombia», informó a través de un comunicado el ministro de Seguridad Pública panameño, Frank Ábrego.
El bloqueo de los cruces fronterizos en la selva del Darién es una de las primeras medidas para contener la migración que toma el gobierno de José Raúl Mulino, quien fue electo presidente de Panamá a principios de mayo.
«Vamos a cerrar el Darién y vamos a repatriar a todas estas personas como corresponda, respetando los derechos humanos», dijo Mulino a mediados de abril, en plena campaña electoral.
Más de medio millón de personas cruzaron irregularmente el año pasado la densa selva que comparten Panamá y Colombia, una cifra histórica con respecto a los años anteriores, informaron las autoridades panameñas.
Entre enero y marzo de este año cruzaron más de 170.000 personas, en su mayoría migrantes venezolanos, seguidos por ciudadanos de Ecuador, Haití, China y Colombia, reportó Migración Panamá.
En el marco de la toma de posesión de Mulino, Panamá y Estados Unidos firmaron un acuerdo el 1 de julio para frenar la migración, en el que Washington se comprometió a aportar $6 millones para financiar los costos de repatriación de los migrantes y otros gastos.