La Audiencia de Barcelona ha condenado a Dani Alves a 4 años y medio de cárcel por agresión sexual a una joven de 23 años en el baño de la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 de diciembre de 2022.
El tribunal ha comunicado la sentencia este jueves 22 de febrero a todas las partes de la causa y al propio jugador, que ha sido trasladado de prisión de Brians para recibir la sentencia.
La Fiscalía había reclamado una condena de 9 años de cárcel para Alves y la acusación particular, que ejerce la denunciante, elevó la petición a 12, el máximo que contempla la ley.
El tribunal considera probado que «el acusado cogió bruscamente a la denunciante, la tiró al suelo y evitando que pudiera moverse la penetró vaginalmente, pese a que la denunciante decía que no, que se quería ir». Y entiende que «con ello se cumple el tipo de ausencia de consentimiento, con uso de la violencia, y con acceso carnal».
Los magistrados consideran que, aunque Alves estaba obligado a depositar una fianza de esta misma cantidad, «el hecho de que haya indicado que solicita que esta cantidad le sea entregada a la víctima con independencia del resultado del juicio, expresa una voluntad reparadora que tiene que ser contemplada como un atenuante».
La sentencia también estipula que, una vez salga de prisión, Alves deberá pasar cinco años en libertad vigilada, le impone una orden de alejamiento de la denunciante durante nueve años y medio y fija una indemnización con 150.000 euros por daños morales, una cantidad que el jugador ya depositó antes del juicio. El fallo le atribuye también un delito leve de lesiones, por las que el tribunal lo ha multado con 9.000 euros.
El juicio empezó hace justo dos semanas, el lunes 5 de febrero, y quedó visto para sentencia el miércoles 7 con Alves sentado en el banquillo tras un año en prisión preventiva. Por la Audiencia de Barcelona testificaron la víctima, dos amigas suyas presentes esa noche en Sutton, la mujer del ex futbolista, Joana Sanz, varios amigos del brasileño, agentes de los Mossos d’Esquadra, médicos y personal sanitario del Hospital Clínic y el propio Alves, quien declaró en último lugar.
El caso se remonta a la noche del viernes 30 de diciembre de 2022. Alves se encontraba de vacaciones en Barcelona antes de reincorporarse a los Pumas de México y tras haber disputado el Mundial.
Pasadas las 2:30 horas de la madrugada, acudió al reservado de la discoteca junto a un amigo y ocuparon la mesa 6, la única que da acceso exclusivo a la denominada Suite, una zona con un pequeño aseo, una sala con sofá, un televisor y una nevera. Allí, en el reservado, coincidieron con la joven y otras dos chicas.
Tras invitarlas a beber durante una hora, el ex lateral de la selección brasileña habría insistido a la joven para entrar en la zona exclusiva donde estaba el pequeño lavabo, que ella desconocía. En ese baño, según la Fiscalía, Alves habría mostrado una «actitud violenta» hacia la mujer, a la que agredió y forzó a mantener relaciones sexuales, pese a su resistencia.
En su declaración el pasado 5 de febrero ante el tribunal, la denunciante ratificó que Dani Alves la violó la noche del 30 de enero de 2022 en un baño reservado de la discoteca Sutton de la capital catalana.
Un relato avalado por la fiscal – «[La víctima] no pudo confundirse, es imposible», aseguró en su informe final- , por dos testigos que declararon a lo largo de la vista, varios mossos, personal del local y profesionales del Hospital Clínic. «[La víctima] me dijo que le había hecho mucho daño y que se había corrido dentro» nada más salir del aseo, aseguraron ambas testigos, presentes esa noche en Sutton.