El cementerio José María Azael Franco de Tulcán comenzó a receptar desde el pasado 2 de enero a más de 1.000 turistas diariamente provenientes de varias ciudades colombianas, que aprovechan el largo feriado en ese país para visitar este emblemático lugar, ubicado en la frontera ecuatoriano-colombiana.
Las 303 figuras en ciprés elaboradas por el escultor autodidacta Franco (+) hace décadas son el atractivo de este camposanto, que es visitado por más de 80.000 personas cada año. Un grupo de obreros municipales heredó las técnicas de cortes a los árboles, que mantienen intacta esta obra de arte natural, quizás la única en el mundo.
La poda ornamental o arte de podar artísticamente setos y árboles de ciprés en este jardín de paz, donde tienen forma estos arbustos, es la oferta turística que desde hace un lustro incluyen las agencias de viajes de Colombia.
Juan Carlos Restrepo, coordinador de una empresa de tours en Medellín, señala que este sitio es la parada obligada de centenares de viajeros que van hacia el interior del Ecuador o de aquellos que deciden recorrer el suroccidente colombiano, donde constan las visitas al Santuario de Las Lajas en Ipiales, la laguna de La Cocha en Pasto y el cementerio de Tulcán.
Julián Huxley, biólogo británico que conoció este inusual panteón, sostuvo en uno de sus escritos que esta ornamentación le ha dado fama internacional, mencionando a este rincón en la obra Historia ilustrada de la jardinería, en la que el autor Azael Franco representa a varias culturas.
Las lluvias en Tulcán no han sido un pretexto para no visitar este espacio, que permanece abierto desde las 7:00 hasta las 18:00, de lunes a domingo, y donde el ingreso es gratuito. Por estos días existe un gran movimiento de personas, que salen sorprendidas al ver algo que no es común visitar.
Jairo Restrepo, oriundo de Bogotá, con su dialecto característico afirma que es algo maravilloso e increíble, ya que mirar árboles convertidos en figuras deja atónita a la gente. “Aquí se admira belleza y se respira paz y tranquilidad”, añade su esposa ,Luz Dary Pabón.
El bulevar de ingreso al cementerio ha sido cerrado al tránsito vehicular. Agentes civiles municipales brindan seguridad y fungen como guías para orientar a los paseantes. Músicos se han tomado varios sitios de esta semiavenida al son de marimba, guitarra y otros instrumentos para darle vida a este lugar y recibir unas monedas a cambio.
Más de 40 locales comerciales y restaurantes que están alrededor de este parque nativo están activados y aseguran que los ingresos han mejorado por esta época. Los administradores advierten que las visitas se realizan año tras año hasta el 14 y 15 del mes de enero.
Además, vendedores de refrescos, dulces, alimentos, comerciantes informales, cuidadores de vehículos, fotógrafos, vendedores de recuerdos y suvenires ven en esta temporada una oportunidad para obtener ingresos económicos.
El pasado viernes, un bus que partió desde Cali con dirección hacia la frontera colombo-ecuatoriana con tres familias y 42 pasajeros, que tenía previsto en la agenda de visitas el cementerio local, se accidentó a 49 km de Rumichaca, dejando como resultado 13 fallecidos y 29 heridos. (I)