La naturaleza siempre ha sido una fuente inagotable de recursos para la humanidad y uno de esos regalos, sin dudas, es la miel porque además de ser delicioso, ofrece múltiples bondades para el cuerpo humano. Producida por las abejas en sus panales, esta dulce sustancia tiene propiedades que van más allá de su característico sabor.
Uno de los principales beneficios de la miel es que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Esto se debe a que contiene fructosa, un tipo de hidrato de carbono que también se encuentra en algunas frutas. La fructosa se almacena principalmente en el hígado y, desde allí, regula los niveles de glucosa que el cuerpo necesita.
En tanto, este producto alimenticio puede ser una excelente fuente de energía para realizar deportes de larga duración debido a sus azúcares de rápida absorción como la glucosa y la fructosa. Esta energía, combinada con otros factores, puede mejorar el rendimiento deportivo.
Por otro lado, la miel es rica en antioxidantes y, en algunos casos, contiene una alta concentración de elementos como flavonoides, fenoles, enzimas y ácidos orgánicos. Los cuales pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y ciertos tipos de cáncer. También puede ayudar a reducir los niveles de triglicéridos y colesterol malo en la sangre.