Desde que irrumpió en la política en 1990, el expresidente Alberto Fujimori dividió a la sociedad de Perú entre los que ensalzan su figura, al considerar que salvó a su país del terrorismo y el colapso económico, y los que remarcan que fue un autócrata que cometió graves violaciones a los derechos humanos y abusó de las instituciones democráticas para conservar su poder.
Alberto Kenya Fujimori es uno de los políticos más controvertidos que ha tenido Perú. Esta semana ha sido liberado de la prisión Barbadillo, en el distrito de Ate, Lima, al restituirse los efectos del indulto que se le otorgó en 2017. Fujimori, falleció a los 86 años, gobernó a Perú entre 1990 y el año 2000.
Alberto Fujimori es descendiente de emigrantes japoneses. Nació en Lima, Perú, el 28 de julio de 1938. Cursó sus estudios primarios en Lima, para posteriormente, en 1957, ingresar en la Universidad Nacional Agraria de La Molina. En el año 1984 consiguió el cargo de decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Agraria, y posteriormente fue nombrado rector.
Fue acusado de crímenes de lesa humanidad, autoritarismo, paramilitarismo, corrupción y de aprobar y ejecutar una campaña de esterilización forzada a mujeres y hombres durante su mandato, entre otros delitos. En 2009 fue condenado a 25 años de cárcel, y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) se mostró en contra de su liberación en numerosas ocasiones.
Durante los últimos años “el chino” fue operado en seis ocasiones de una dolencia precancerígena en la lengua, conocida como leucoplasia, y también afrontó problemas estomacales, vasculares, de presión arterial y pulmonares.
La polémica en torno a su figura ha llegado a dos de sus cuatro hijos, considerados sus herederos políticos: la tres veces candidata presidencial Keiko, que espera el inicio de un juicio por presunto lavado de activos, y el exlegislador Kenji, condenado a 54 meses de prisión por tráfico de influencias.