Desde este 17 de octubre, en la calle Arízaga, en el centro de Machala, se observa a comerciantes y artesanos iniciando la preparación de los tradicionales monigotes para Fin de Año. Este trabajo, que trae consigo una intensa actividad comercial en diciembre, ya está en marcha, con familias como la de Inés Ramos, quienes han mantenido esta tradición durante generaciones.
Inés Ramos, quien lleva más de 31 años fabricando monigotes, cuenta que esta tradición empezó con su abuelo, quien llegó desde Guayaquil trayendo caretas y enseñó el oficio a su familia.
Aunque aún no saben cuál será el personaje más popular este año, ya tienen novedades para los niños, como los personajes de «Intensamente». «Todavía no sabemos qué monigote está de moda, pero para los niños ya tenemos novedades», comentó.
El trabajo comenzó en mayo, aunque el clima ha ralentizado el proceso de secado de los materiales. Inés también mencionó que los altos costos del papel periódico, principal insumo para fabricar los monigotes, han afectado su producción.
«Ahora el quintal de periódico está entre 50 y 60 dólares, antes lo regalaban», expresó. A pesar de los desafíos, confía en que lograrán vender todos los monigotes, como en años anteriores.
