Este miércoles 14 de febrero, los católicos acudirán a los templos para la imposición de la ceniza, rito que marca el inicio de la Cuaresma, un tiempo de reflexión y preparación para la Semana Santa.
La ceniza representa la humildad y recuerda al cristiano su origen y fin: polvo de la tierra. Se basa en los pasajes del Génesis: “Dios formó al hombre con polvo de la tierra” (Gn 2,7) y “hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho” (Gn 3,19).
Su origen se remonta al siglo IV con la Cuaresma, un período de 40 días de ayuno y oración. El Miércoles de Ceniza no es un día de precepto (obligación de asistir a misa), a diferencia de Navidad, Epifanía, Ascensión.
Pese a ello, es necesario mencionar que el Miércoles de Ceniza es un día de penitencia, ayuno y abstinencia. El ayuno consiste en una comida fuerte al día y dos ligeras, además, durante este día los católicos se abstienen a comer carne.
La Cuaresma invita a la conversión, la oración y la caridad. Es un tiempo para meditar sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.