En el marco del Día Internacional de la Mujer, Filomena Morante celebró sus 102 años. La matrona, cuya lucidez desafía el tiempo, compartió su onomástico junto a sus seres queridos.
A su edad, todavía se toma una que otra copa de vino, juega naipe con sus nietas y nietos, baila, cuenta sus anécdotas, y transmite ese amor, esa alegría y las ganas de seguir viviendo para ser testigo del crecimiento de su amada familia.
Nacida en Vinces, provincia de Los Rios, allá por el 1 de marzo de 1922, cuando hasta este punto del país se arribaba en embarcaciones acuáticas provenientes de Francia, motivo por lo que hoy este cantón lleva el apelativo de «Paris Chiquito», nos relata Doña “Filo”, como le dicen cariñosamente.
Uno de sus nietos sirvió de interlocutor, pues a su edad tiene problemas de sordera; previo a soplar las velas por más de un siglo de vida. La dama ríe y goza. Se la observa lucida, aunque un bastón es su acompañante para poder desplazarse de un lado a otro.
Doña Filomena procreó siete hijos con su esposo César Carriel Ronquillo, próximo a cumplir 22 años de entregar su alma al creador.
En Machala, su hijo, Alejandro Carriel preparó una cena para celebrar su cumpleaños. Él es el tercero de los hermanos, quien relató que su madre es ejemplo de amor imperecedero, de lucha constante, de respeto e igualdad para con todos.
Por la distancia y situaciones personales, no pudieron llegar a la capital orense el resto de sus hijos a fin festejar estos 102 años de Doña Filomena.
“Nuestra madre nos crió con valores que cada uno de nosotros lo hemos plasmado en el día a día. Nos enseñó a trabajar desde muy pequeños y eso se ve reflejado hoy por hoy. Gracias a Dios por mantenerla con salud”, expresó Alejandro.