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Fanesca une a las familias machaleñas en una tradición de fe y sabor

En el marco del Viernes Santo, los mercados de Machala se convierten en el punto de encuentro de decenas de familias que, como cada año durante la Semana Santa, acuden esta mañana con entusiasmo a adquirir los ingredientes de la tradicional fanesca, uno de los platos más emblemáticos de la cocina ecuatoriana.

Con listas en mano o simplemente guiados por recetas aprendidas de generación en generación, ciudadanos como Olga Pacheco, de 66 años, recorrieron desde muy temprano los centros de abasto de la ciudad para abastecerse de granos, verduras y el infaltable pescado seco, ingrediente clave de esta sopa ceremonial.

“Tengo $60 y voy a cocinar fanesca para 15 miembros de mi familia. Es una tradición que mantenemos viva cada año para recordar la muerte de Jesucristo”, expresó mientras seleccionaba cuidadosamente productos frescos. Con una sonrisa, Olga añadió que ya lleva 15 años preparando esta receta que, más que un platillo, es un acto de amor y memoria.

Del otro lado del mostrador, los comerciantes también sintieron el fervor de la fecha. “Estos días son de mucha venta, la gente viene con entusiasmo por preparar su fanesca”, contó Eduardo Baldeón, vendedor de mariscos, mientras atendía a los compradores. El pescado seco, cuya demanda se dispara en estas fechas, se ofertaba entre $2 y $4 la libra, dependiendo del tamaño y la especie.

La fanesca, elaborada con hasta doce granos distintos en alusión a los doce apóstoles, además de zapallo, leche, queso y otros ingredientes tradicionales, representa mucho más que un banquete. Para los creyentes católicos, es un símbolo de fe, unión y reflexión, en conmemoración a la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret en el monte Calvario.

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