El 8 de diciembre, Josué e Ismael no llegaron a su casa en la cooperativa Jacobo Bucaram, luego de jugar fútbol con otros niños y adolescentes del sector.
Ellos son dos de los cuatro menores que este viernes, 20 de diciembre, cumplieron 12 días de desaparecidos en Guayaquil tras un supuesto operativo militar.
Familiares llegaron hasta las inmediaciones de la Unidad Judicial Valdivia Sur, en la av. 25 de Julio, para realizar un plantón y pedir respuestas sobre este caso que los mantiene en zozobra.
El 8 de diciembre, relata la madre de Ismael y Josué, Kathy Bustos, salieron junto a otros ocho o nueve chicos a jugar pelota.
Cerca de las 20:00, acudieron en grupo hasta una panadería cerca de un centro comercial del sur de la ciudad.
En ese sitio se habría desarrollado un operativo militar y los cuatro menores, dice Bustos, habrían sido abordados por uniformados.
”De los 11 niños, cuatro no pudieron correr y son los que están desaparecidos”, cuenta la mujer.
Cerca de las 21:00, cuando Josué e Ismael no llegaron a casa, sus familiares se empezaron a preocupar.
Ellos solían llegar minutos antes de que corten la luz en el sector, que en esos días el horario establecido era a las 21:00.
”Yo ya me desesperé y le digo al papá que no llegaban los bebés. Salimos a buscarlos en los alrededores, aún sin luz”, dice la madre de familia de los menores de 14 y 15 años.
Aproximadamente a las 22:40 de ese mismo día, Bustos recibió la llamada de una persona que le indicó que sus hijos estaban en Taura golpeados y desnudos.
”Yo me puse mal, lo llamé al papá y le digo: coge el teléfono y habla con él. Ahí yo le digo: pídele, por favor, que quieres hablar con el bebé, a ver si es verdad. Habló con él (con su hijo) y él le dijo que los militares los cogieron ahí en el mall, que estaban comprando unos panes y que ellos los llevaron allá (a Taura) y los dejaron golpeados y desnudos”, señala.
Al padre de los menores, los sujetos que llamaron le indicaron que tenía de 45 minutos a una hora para recogerlos.
Cuando se llegó al punto, un poco más tarde del tiempo mencionado, el sujeto de la llamada le indicó al padre de familia que se dijo una hora y que “se le quiso hacer un favor”.
Luego de eso se cerró la comunicación. ”De ahí ya no sabemos más nada de nuestros hijos. No hemos tenido comunicación, no sabemos si están bien, si están mal, si están comiendo”, afirma Bustos.
Luego del 8 de diciembre, junto a las madres de familia de los otros dos menores desaparecidos, acudió hasta una base militar para solicitar información.
Allí, asegura, le indicaron que se estaban realizando las investigaciones pertinentes y le confirmaron que sí habían sido militares los del operativo.
Desde el 8 de diciembre, día en que desaparecieron los menores, se han hallado ciertas prendas de vestir.
”Ellos son muchachos sanos del barrio. Todos son del sector. Lamentablemente esta vez no corrieron con suerte. No quiero ni imaginar, si a mi hijo chiquito me le dieron duro, no quiero imaginar cómo está el más grande”, manifiesta la madre de familia.
Los padres de los menores desaparecidos salen a diario a buscar información sobre sus hijos a diferentes zonas de la ciudad.
Salen en la mañana y llegan a casa después de las 19:00 y 20:00.
”Mi hijo mayor está en un club y ahí me preguntan cuándo va a regresar y eso me parte el corazón. Yo no sé ni qué decirles porque cada día es más difícil sin saber qué será de mis hijos”, refiere Bustos, quien llegó este 20 de diciembre junto a familiares hasta las inmediaciones de la Unidad Judicial Valdivia Sur, en la av. 25 de Julio, para realizar un plantón pacífico.
Las Fuerzas Armadas indicaron el pasado 19 de diciembre que sus unidades especiales han apoyado en la búsqueda de los menores en colaboración con la Unidad Antisecuestros y Extorsión (UNASE).
Asimismo, informaron que han brindado todas las facilidades necesarias a la Fiscalía General del Estado para esclarecer lo más pronto posible este caso.
”Adicionalmente, hemos emprendido las medidas necesarias que este tipo de eventos ameritan”, detallaron en un comunicado.