Cada 10 de febrero se celebra el Día Mundial de las Legumbres, una fecha promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el objetivo de concienciar sobre la importancia de este alimento en la nutrición, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental.
Las legumbres, como los garbanzos, las lentejas, los frijoles y los guisantes, son una fuente esencial de proteínas, fibra, vitaminas y minerales. Su consumo regular no solo contribuye a una dieta equilibrada, sino que también ayuda a prevenir enfermedades como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
A diferencia de otros alimentos proteicos, las legumbres tienen un bajo impacto ambiental. Su cultivo requiere menos agua que otras fuentes de proteínas y mejora la fertilidad del suelo al fijar nitrógeno de manera natural. Además, su producción genera menos emisiones de gases de efecto invernadero, lo que las convierte en una alternativa clave para mitigar el cambio climático.
En muchas regiones del mundo, las legumbres son un alimento básico y asequible, lo que las convierte en una herramienta poderosa para combatir la inseguridad alimentaria y la desnutrición. Gracias a su larga vida útil, son ideales para almacenamiento y distribución en comunidades vulnerables.
Cada año, este día busca fomentar el consumo y la producción sostenible de legumbres mediante campañas de concienciación y programas de apoyo a pequeños agricultores. Organismos internacionales y gobiernos trabajan en conjunto para mejorar la productividad y el acceso a estos alimentos, promoviendo prácticas agrícolas responsables.