El impacto del derrame de crudo en Quinindé, Esmeraldas, es evidente desde el aire, con el estero El Achiote totalmente contaminado. Aún se desconoce la cantidad exacta de barriles derramados, pero su fuerte olor ha generado una crisis ambiental que afecta a al menos ocho comunidades, donde viven unas 2.500 familias, según el Municipio de Quinindé.
“Esperemos que no llueva, porque si llueve, va a ser peor la contaminación”, advirtió George Reinoso, concejal de Quinindé.
Ante la emergencia, Petroecuador activó un plan de contingencia que incluye compensaciones e indemnizaciones basadas en criterios ambientales, sociales y agrícolas. Sin embargo, el departamento de comunicación social de la empresa estatal informó que la ejecución de estos beneficios dependerá de un informe técnico, cuyo proceso aún tomará tiempo.
Las comunidades afectadas expresan su escepticismo, ya que en la misma zona han ocurrido cuatro derrames anteriores y, según autoridades locales, Petroecuador no ha cumplido con sus compromisos. Obras de alcantarillado, salud, infraestructura deportiva y el abastecimiento de agua potable siguen pendientes.
Mientras tanto, la comunidad espera acciones concretas para mitigar los daños y evitar que la contaminación se agrave con las lluvias.