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¿Cómo los padres pueden identificar; que sus hijos son víctimas de bullying?

A inicios de este 2023 dos casos removieron el sistema educativo del país, pues evidenciaron el problema del bullying o acoso escolar que está latente en las instituciones educativas del Ecuador.

Johanna B., estudiante del colegio Mejía en Quito, y Kevin Sebastián, estudiante de un colegio en Cuenca, se suicidaron para frenar los efectos nocivos que les estaba provocando el acoso escolar, conocido como bullying.

Pero, ¿qué es el bullying? El portal de salud CuiadatePlus lo define así:

El acoso escolar o bullying es la exposición que sufre un niño a daños físicos y psicológicos de forma intencionada y reiterada por parte de otro, o de un grupo de ellos, cuando acude al colegio

Y se agrega: «El acosador aprovecha un desequilibrio de poder que existe entre él y su víctima para conseguir un beneficio (material o no), mientras que el acosado se siente indefenso y puede desarrollar una serie de trastornos psicológicos que afectan directamente a su salud o incluso, en situaciones extremas, conductas autodestructivas».

Como se indica, el acoso escolar puede generar trastornos psicológicos como depresión, baja autoestimo e incluso una consecuencia falta como el suicidio, como hemos citado al inicio con los casos de Johanna y Kevin Sebastián.

Según datos del Ministerio de Educación, en Ecuador se reportaron 607 denuncias de acoso escolar a nivel nacional. De ese total, el 50% ocurrió hacia menores de 8 a 14 años y el 43% a adolescentes de 15 a 18 años. La mayoría de casos ocurrió en el sistema fiscal.

Ahora bien, ¿cómo un padre/madre de familia puede identificar que su hijo es víctima de bullying o acoso escolar y cómo actuar ante ello?

Carolina Espinosa, psicóloga clínica y directora del centro psicoterapéutico Ansuz, explica que hay varios tipos de señales para detectarlo, pero todas van a ser a través del comportamiento porque esto refleja cómo está emocionalmente un niño.

Acota que las señales dependen de cada niño, pero dice que hay infantes que «somatizan muchísimo». Es decir, cuando el malestar psicológico se expresa a través del cuerpo.

«Les empieza a doler el estómago, le duele la cabeza. Esto le afecta físicamente y eso impide que él asista a clases» o que digan que no quieren ir a clases. «Hay niños que empiezan a hacerse pipí en la cama, esos son síntomas somáticos», indica.

La especialista rescata que es importante identificar con cuánta frecuencia el niño presenta esos síntomas para saber que esos malestares no son solo físicos sino también psicológicos.

Espinosa agrega que, dependiendo de la edad, los niños por lo que general no verbalizan lo que les sucede. Por ello recomienda utilizar diferentes juegos para el menor pueda exteriorizar lo que le está pasando.

«A través del juego, el niño lo que hace es proyectar lo que está sintiendo. Ahí podemos ver que no está socializando, que se siente excluido o que le están agrediendo, porque lo va a poner en el juego», detalla.

Por último, recomienda que cuando un padre o madre identifique que su hijo es víctima de acoso escolar lo lleve con un psicólogo.

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