Fue la gran sorpresa en primera vuelta y lo volvió a hacer en la votación final de las elecciones presidenciales de Guatemala.
Bernardo Arévalo, el aspirante progresista que rompe con la tendencia conservadora de los últimos gobiernos y que se presentó como «el candidato anticorrupción» que dejará atrás la clase política tradicional, ganó este domingo holgadamente los comicios con el 58% de los votos.
Su rival, la ex primera dama Sandra Torres, se quedó a las puertas de la presidencia por tercera vez consecutiva con el 37% como candidata de la UNE, una formación creada como socialdemócrata pero que giró a un notable conservadurismo y que representaba el continuismo del gobierno actual.
Miles de personas salieron a las calles a celebrar los resultados, hartas por las múltiples denuncias de corrupción en el Estado, y que aseguran ver en Arévalo una esperanza de cambio respecto a los últimos años de deterioro institucional y mayor autoritarismo desde el gobierno guatemalteco.
«Lo que el pueblo grita es ‘basta ya de tanta corrupción’ (…). Trabajaremos por garantizar instituciones que ganen su confianza (…). Esta victoria es del pueblo y ahora, unidos como pueblo de Guatemala, lucharemos contra la corrupción», dijo Arévalo en su primera comparecencia tras conocerse su victoria y en la que se refirió a su futuro mandato como «el gobierno de la nueva primavera».
«Felicito a Bernardo Arévalo y extiendo la invitación para iniciar la transición ordenada, al día siguiente de que los resultados queden oficializados», tuiteó por su parte el actual presidente, Alejandro Giammattei.
Arévalo alcanzó la victoria este domingo tras semanas de incertidumbre sobre si realmente podría participar y acabar asumiendo la presidencia el 14 de enero de 2024, tal y como estipulan los plazos.
El motivo es que, desde su inesperado pase a segunda vuelta, su partido Movimiento Semilla fue objeto de investigaciones por presuntas irregularidades en su creación a cargo de la Fiscalía guatemalteca, que está liderada por algunos jueces incluidos en la lista de «funcionarios corruptos y antidemocráticos» de Estados Unidos.
Y aunque la Corte de Constitucionalidad ya frenó una orden de suspensión sobre el partido, el titular de la Fiscalía Especial contra la Impunidad, Rafael Curruchiche, insistió el pasado jueves en la existencia de pruebas por las que «después del 20 de agosto tendrán que registrar la suspensión del partido» Semilla, aseguró.
Arévalo respondió este domingo sentirse «tranquilo» ante lo que denominó «una persecución política a cargo de jueces cooptados corruptamente» con la intención «de intimidar» su candidatura. «Quisiéramos pensar que la contundencia de esta victoria va a hacer evidente que los intentos de descarrillar el proceso electoral no van a tener lugar», afirmó.
Quién es Bernardo Arévalo
Sociólogo y exdiplomático de 64 años, es hijo de Juan José Arévalo, el primer presidente popularmente electo en Guatemala tras la Revolución de 1944.
Su padre salió al exilio cuando el expresidente Jacobo Árbenz fue derrocado en 1954 tras la intervención militar de Estados Unidos, por lo que Bernardo Arévalo acabó naciendo en Uruguay —algo que fue utilizado en su contra por su rival durante la campaña electoral— y regresó con su familia a Guatemala en su adolescencia.
Durante su carrera, ocupó cargos como el de cónsul en Israel, viceministro de Relaciones Exteriores en su país y embajador en España.
Actualmente es diputado en el Congreso por Movimiento Semilla, un partido que surgió primero como un grupo de análisis tras las protestas de 2015 que llevaron a la dimisión del entonces presidente, Otto Pérez Molina, salpicado por escándalos de corrupción política por los que fue finalmente condenado.