Balsas, conocida como la “Ciudad Vergel del Ecuador”, conmemora con orgullo sus 38 años de cantonización, destacándose como un destino productivo y culturalmente vibrante en la provincia de El Oro. Este cantón, cuna del primer centro avícola del país, también sobresale por su producción porcícola y ganadera, pilares fundamentales de su economía.
Para quienes visitan Balsas, el paisaje es un regalo para los sentidos. Sus colinas verdes se extienden bajo un cielo despejado, mientras el clima privilegiado, con temperaturas que oscilan entre los 20 y 30 °C, crea el ambiente perfecto para disfrutar de la naturaleza. Situado entre los 400 y 1.400 metros sobre el nivel del mar, el cantón brinda un entorno acogedor y sereno.
La riqueza cultural de Balsas se teje con las tradiciones transmitidas de generación en generación. Las costumbres, traídas por los primeros pobladores provenientes de Piñas, Zaruma y Loja, forman un legado invaluable que sigue vivo en las festividades, la gastronomía y la vida cotidiana de su gente.
El nombre del cantón proviene de la abundancia de árboles de balsa que antaño rodeaban la zona. Aunque el paisaje ha cambiado, su esencia permanece intacta. Hoy, sus calles invitan a recorrer plazas acogedoras, iglesias que resguardan la fe local y restaurantes que ofrecen lo mejor de la gastronomía tradicional.
Desde las primeras horas del día, el Mercado Municipal se convierte en un punto de encuentro, donde el aroma de los platillos típicos envuelve el ambiente. El seco de pollo con yuca es un imperdible para todo balsense, acompañado por delicias como el molloco, el repe, las humitas, tamales y quimbolitos, que conquistan tanto a locales como a visitantes.