El narcotraficante colombiano Henry Loaiza Montoya, alias ‘Alacrán’, quien fue detenido el jueves 1 de febrero en Guayaquil, tenía nexos con un grupo de delincuencia organizada (GDO) para sacar droga de Ecuador.
Según la Policía de Ecuador, creen que grupo delictivo ‘Los Tiguerones’ lo ayudaban con logística para el acopio y traslado de la droga a Centroamérica y Estados Unidos.
Tras la detención de alias ‘Alacrán’, este viernes 3 de febrero las autoridades ecuatorianas lo entregaron a la Policía colombiana. Loaiza Montoya era buscado en Colombia desde el 2018.
‘Alacrán’ también tenía la alerta de difusión roja de la Interpol desde noviembre del 2023 y un proceso de extradición. Además, era señalado como cabecilla del Cartel del Norte del Valle o Cartel de Cali.
“Cae capo por la colaboración entre la policía colombiana y ecuatoriana”, dijo el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
La Policía Nacional indicó que alias ‘Alacrán’ trabajaba con la organización Oliver Sinisterra, que proveía la droga desde Colombia. Y añadió que podía sacar 50 toneladas al año, lo que significa un negocio de 2000 millones de dólares
La Policía indicó que la orden de extradición se genera contra Alacrán por tráfico de drogas en cargos de conspiración para posesión con intención de distribución de droga, desde el 1 de enero de 2016 al 26 de marzo de 2018.
Se cree que el aprehendido tendría el control total de las rutas terrestres, marítimas y aéreas, como también de la producción y venta de cocaína a nivel transnacional.
En su país advirtieron que el Alacrán movilizaba por el Pacífico, entre Tumaco (Colombia) y Esmeraldas, cuatro toneladas de clorhidrato de cocaína cada mes. Sacaban droga a través de lanchas rápidas y semisumergibles.
La revista Semana de Colombia señaló que la Fiscalía acusa a alias Alacrán de promover un plan criminal para recuperar los predios que habría adquirido con dineros producto del narcotráfico mientras era parte del extinto cartel de Cali.
Trascendió que estuvo en la cárcel, desde donde a base de amenazas de muerte habría llamado a un hombre y exigido $ 2,1 millones por haber vendido una finca en Trujillo (Valle del Cauca) que supuestamente le pertenecía.