Aproximadamente unos 600 abuelitos están viviendo en medio de la pobreza y la soledad, en la parroquia Atahualpa-Habaspamba, una de las zonas rurales de la ciudad de Quito.
Manuel Cotocuago, de 92 años, nació en esta parroquia ubicada a una hora y 45 minutos del ruidoso Quito urbano. “Don Manuelito”, como se lo conocía, había enviudado hace 11 años. Vivía en una pequeña casa, de un solo cuarto y piso de tierra.
“Él está solito, nunca tuvo hijitos, no hay quien más le vea”, cuenta María Teresa, una amiga de la esposa de Manuelito y a quien prometió cuidarlo y alimentarlo.
A finales de agosto de 2023, la vida de don Manuelito se apagó, luego de que una infección en las vías urinarias se le complicara.
“Pasa mucho en Atahualpa, los viejitos mueren de cosas que pudieron ser tratadas o que no eran graves, pero no se atienden porque ellos no tienen cómo llegar hasta los hospitales en Quito”, dice Honorio Jiménez, uno de los fundadores de Corporación Familia.
Corporación Familia es una organización sin fines de lucro que lleva donaciones a Atahualpa. Además, sus voluntarios han construido y reparado viviendas para algunos abuelitos en la zona.
El sacerdote Walter Vaca, párroco de Atahualpa, calcula que hay unos 600 ancianos en situación de pobreza en Atahualpa. De ellos, unos 120 son los que viven una situación más crítica: están enfermos, tienen una discapacidad o viven solos.
Sin embargo, no es un cálculo oficial. La población total de la parroquia Atahualpa es de unas 1.600 personas, por lo que esas 600 personas de la tercera edad representarían el 38% de la población.
Con información de: Primicias