12 años después del secuestro al político Fernando Balda, ocurrido en Bogotá, la justicia colombiana revela pruebas de que el crimen debió juzgarse como secuestro agravado y no como un delito simple.
La fiscal del caso, ahora sentenciada, alteró la verdad para favorecer a los secuestradores, según el Tribunal Superior de Bogotá, que la juzgó por fraude procesal y prevaricato.
Apenas en 2024 rindió testimonio Daniel Cortés, el policía que la noche del 13 de agosto de 2012 auxilió a Fernando Balda.
- POLICÍA: «Una camioneta toyota color gris, vehículo en el cual habían raptado a una persona.
- INTERROGATORIO: ¿recuerda el nombre de la víctima?
- POLICÍA: Fernando Balda era el nombre de la víctima.
- POLICÍA: Un grupo de taxistas informa que van en persecución del vehículo con estas características.
- INTERROGATORIO: Indíquenos si ustedes lograron rescatar a la víctima
- POLICÍA: Por poco nos embiste el vehículo, tomamos las motocicletas y empezamos la persecución cuando arrojan a una persona de la camioneta estando en movimiento y continúan la fuga.
- INTERROGATORIO: ¿Puede precisarnos si los secuestradores pararon el vehículo y bajaron a la víctima?
- POLICÍA: No, señora fiscal, a la víctima la arrojaron con el vehículo estando en movimiento.
Fernando Balda estuvo incapacitado durante siete días por los golpes que sufrió luego de ser arrojado del vehículo, pero esta circunstancia agravante se obvió durante el juicio en Colombia.
En Ecuador, la defensa del exdirector de Inteligencia, Pablo Romero, uno de los procesados, alegó que no hubo malos tratos durante el secuestro de Balda. Pero la Corte Nacional sí sentenció el caso como secuestro agravado.