Los tumores son una preocupación muy habitual para cualquier persona; sin embargo, los tumores líquidos pueden confundirse con síntomas parecidos a los del estrés, estos pueden ser perjudiciales a largo plazo si no se recibe un tratamiento adecuado.
Los tumores se subdividen en dos clases dependiendo de su consistencia: sólidos y líquidos. Los tumores líquidos son cánceres que se desarrollan en fluidos, específicamente en la sangre, la médula ósea o los ganglios linfáticos e incluyen leucemia, linfoma y mieloma.
Estos tumores se asocian a la sobreproducción de glóbulos blancos poco desarrollados, los cuales a causa de su inmadurez no pueden desempeñar todas sus funciones correctamente, lo que hace que el paciente sea a menudo propenso a infecciones.
¿Qué síntomas presentan los tumores líquidos?
Los tumores líquidos presentan varios síntomas de acuerdo a la fase de desarrollo en la que estén. Sin embargo, las afecciones que están presentes durante toda la infección son: fiebre, escalofríos, fatiga persistente, infecciones frecuentes, pérdida de peso y
sangrados recurrentes.
La fatiga, la pérdida de peso y las infecciones frecuentes son síntomas que fácilmente pueden confundirse con niveles altos de estrés, por lo que es aconsejable acudir a un chequeo rutinario para descartar cualquier posibilidad.