En una nueva postura de línea dura hacia la migración, el presidente Donald Trump informó que suspenderá permanentemente la entrada a Estados Unidos de ciudadanos provenientes de lo que calificó como “todos los países del tercer mundo”, sin detallar específicamente a cuáles naciones se refería.
El término, considerado peyorativo por organismos internacionales, contrasta con la clasificación oficial de las Naciones Unidas, que mantiene un listado de 46 Países Menos Desarrollados (LDC). Esta categoría abarca naciones con graves desafíos estructurales en pobreza, bajo desarrollo humano y alta vulnerabilidad económica, concentradas principalmente en África, Medio Oriente y algunas regiones de Asia y Oceanía.
Entre los países incluidos por la ONU se encuentran Afganistán, Angola, Haití, Etiopía, Sudán del Sur, Yemen, entre otros. La lista completa abarca Estados con dificultades crónicas en infraestructura, estabilidad política y acceso a servicios básicos.
Además, la administración Trump anunció que revisará nuevamente todas las Green Cards otorgadas a ciudadanos de 19 países considerados “de preocupación”, varios de los cuales coinciden con la lista de la ONU. Entre ellos figuran Afganistán, Birmania, Chad, Eritrea, Somalia, Yemen, así como Cuba, Venezuela y Turkmenistán.
Este doble anuncio refuerza la estrategia del gobierno estadounidense de endurecer los procesos migratorios y limitar el ingreso de ciudadanos provenientes de regiones catalogadas como riesgosas o vulnerables, generando amplias reacciones a nivel internacional y dentro de la comunidad migrante.
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