El ícono del arte taurino, la Plaza de Toros Quito, está por desaparecer y dar paso a proyectos inmobiliarios. La obra fue inaugurada, el 5 de marzo de 1960, con una capacidad para albergar a 1 600 espectadores. Su declive empezó, en 2011, luego de la Consulta Popular que prohibió la muerte de animales en espectáculos públicos.
En 2022, la Plaza volvió a abrir sus puertas para conciertos y eventos culturales, pero los reclamos de los residentes ante el fuerte sonido, han limitado su funcionamiento.
La Plaza de Toros colinda con el proyecto municipal Quitopía, que busca recuperar espacios abandonados para destinarlos para la recreación y esparcimiento. El destino de la plaza depende de sus propietarios.
Predio privado
La Plaza de Toros está ubicada en un espacio privado y tampoco es considerada un bien patrimonial. Luego de estudios estructurales, se determinó que no es recomendable mantener la edificación por su deterioro. Por ello, los dueños del espacio planean un proyecto para su reemplazo, cuentan con licencia para su derrocamiento.
La Plaza de Toros está en un predio que forma parte de una zona establecida para unidades de actuación urbanística, y se puede desarrollar proyectos inmobiliarios de hasta 20 pisos, pero deben cumplir con requisitos.
Para el urbanista Fernando Carrión, la decisión de reemplazar a la plaza de toros por proyectos urbanos, difícilmente podría prosperar, porque la economía de la zona migró al Valle de Cumbayá.