La Policía Nacional arrestó a William Fernando T. M., de 32 años, tras descubrir que simuló estar secuestrado para exigir dinero a su madre, residente en Estados Unidos, y a su tía en Ecuador.

El individuo habría inventado toda la situación para obtener 25.000 dólares bajo la excusa de que su vida corría peligro.

Los seguimientos tras la denuncia pusieron al descubierto este hecho insólito. Según las autoridades, tanto la tía como la madre recibieron mensajes alarmantes a través de WhatsApp, en los que supuestos secuestradores aseguraban que William estaba retenido contra su voluntad.

La desesperación llevó a la tía a realizar un depósito por la cantidad solicitada, creyendo que así salvaría la vida de su sobrino.

La Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) inició una investigación que reveló rastros de los movimientos bancarios y consumos con las tarjetas del supuesto secuestrado.

Entre las transacciones figuraban gastos realizados en reconocidos locales de Machala, lo que despertó las sospechas de los investigadores.

Días después, se comprobó que William había adquirido un pasaje a Venezuela y viajó a ese país. Sin embargo, las comunicaciones con nuevas exigencias económicas continuaron llegando a su familia, lo que llevó a la Fiscalía a intensificar las pesquisas.

La colaboración entre la Fiscalía y la Policía permitió determinar que todo se trataba de una falsa retención. La evidencia mostró que William nunca estuvo en peligro y que su viaje a Venezuela formaba parte del engaño para obtener más dinero.

Luego de un tiempo, el hombre regresó al país y reanudó los mensajes afirmando que nuevamente estaba secuestrado. Este acto terminó de alertar a las autoridades, quienes organizaron un operativo para capturarlo.

La noche de este viernes 22 de noviembre se ejecutó el operativo Libertad 749 en Machala, logrando localizar a William. Al ser confrontado por los agentes, admitió que todo había sido una farsa y que jamás estuvo privado de su libertad.

Testimonios de vecinos confirmaron lo expuesto por la Policía, asegurando que William llevaba una vida completamente normal durante el tiempo en que supuestamente estaba secuestrado.

En el procedimiento, se incautó un teléfono celular como evidencia. Aunque la familia decidió no continuar con la denuncia, las autoridades calificaron el caso como un claro ejemplo de simulación de delito, advirtiendo que este tipo de acciones no quedarán impunes.