Hace ocho meses, el Gobierno afrontó un paro nacional de 18 días que se disolvió por la intervención de la Iglesia ecuatoriana y, en la actual coyuntura, se vislumbra una nueva alerta por una próxima movilización que preparan los movimientos indígenas, campesinos, sindicalistas, de estudiantes que están inconformes con la gestión de Guillermo Lasso y las denuncias alrededor de hechos de corrupción que se investigan en la Asamblea Nacional y la Fiscalía General.
Las últimas resoluciones que tomó la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) pusieron sobre aviso al régimen. Entre estas, se exige al primer mandatario que renuncie a su cargo y es más, le advierten que si decide disolver la Asamblea Nacional y convocar a elecciones anticipadas, habrá un levantamiento indígena y con ello, un paro nacional.
El último viernes 24 de febrero, en la Casa de la Cultura de Quito, la Conaie instaló un consejo ampliado con sus tres filiales de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Costa (Conaice), la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía (Confeniae) y la Ecuarunari, quienes concluyeron que el Gobierno incumplió la ejecución de los 218 acuerdos alcanzados en las mesas de diálogo.