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¿Qué tipo de apego te atrae más en las relaciones? Y porqué te la vives en estira y afloja

¿Qué son los tipos de apego te atrae mas? Mario Guerra, les va a explicar qué onda con las relaciones que los están afectando.

Hace algunos días hablamos de los estilos de apego y les hicimos un test para ver cuál era el suyo, y hoy viene Mario Guerra a explicarnos cómo se combinan los diferentes estilos de apego en las relaciones y, lo más importante, vamos a ver si es posible cambiar nuestro tipo de apego.

Antes de empezar, ¿cuáles son los tipos de apego?

Hay cuatro tipos de apego y estos son:

Seguro: Confía en los demás y busca conexiones saludables. «Las relaciones son un lugar seguro y lleno de apoyo.»
Ansioso: Teme el abandono y necesita constante reafirmación. «Me preocupa que me dejen, necesito sentirme amado siempre.”
Evitativo: Prefiere la independencia y evita la intimidad. «No quiero depender de nadie, estar solo es mejor.»
Desorganizado: Sufre confusión y miedo en las relaciones, combinando deseo y rechazo. «Las relaciones me asustan y me atraen al mismo tiempo».
Cómo influyen los tipos de apego en nuestras relaciones románticas

Elección de pareja:

Inconscientemente elegimos parejas que confirman nuestras creencias sobre las relaciones.
Por ejemplo, alguien con apego ansioso puede sentirse atraído por personas con apego evitativo, recreando dinámicas familiares.

Comunicación:

El estilo de apego influye en cómo expresamos nuestras necesidades y respondemos a las de nuestra pareja.
Una persona con apego seguro tiende a comunicarse de manera más directa y efectiva.

Manejo de conflictos:

Los diferentes estilos de apego pueden llevar a malentendidos y conflictos recurrentes.
Por ejemplo, en una discusión, alguien con apego ansioso puede buscar cercanía, mientras que alguien con apego evitativo puede necesitar espacio.

Intimidad y confianza:

El estilo de apego afecta nuestra capacidad para confiar y ser vulnerables con nuestra pareja.
Las personas con apego seguro suelen sentirse más cómodas con la intimidad emocional.
¿Qué tipo de apego te atrae más? Y porqué te la vives en estira y afloja

Seguro – Ansioso: En esta combinación, la persona con un estilo seguro suele ser la «piedra» de la relación, alguien estable y comprensivo. Por otro lado, la persona con apego ansioso necesita mucha seguridad y reafirmación. Esto puede funcionar bien, ya que el seguro es paciente, pero si el ansioso pide demasiada validación todo el tiempo, puede que el seguro empiece a sentirse un poco abrumado. En el mejor de los casos, el seguro puede ayudar a que el ansioso se sienta más confiado, pero si no hay un balance, pueden surgir tensiones.

Ansioso – Evitativo: Aquí las cosas pueden complicarse porque ambos estilos tienden a chocar. El ansioso quiere estar cerca, sentir que la relación es fuerte, mientras que el evitativo prefiere mantener distancia y su espacio personal. Esto puede llevar a un ciclo de «tira y afloja», donde el ansioso se siente ignorado y el evitativo se siente asfixiado. Es una combinación difícil porque ambos pueden terminar frustrados y sintiéndose incomprendidos.

Evitativo – Desorganizado: Esta pareja puede tener una relación un poco caótica. El evitativo quiere mantener todo bajo control y evitar el drama, mientras que la persona con apego desorganizado siente una mezcla de querer estar cerca pero también miedo a la intimidad. Esto puede generar mucha incertidumbre y cambios de humor en la relación, haciendo que ambos se sientan un poco fuera de lugar. Puede ser una montaña rusa emocional si no logran entenderse mejor.

Seguro – Evitativo: Aquí, la persona segura puede ser esa presencia calmada que el evitativo necesita para sentirse más a gusto con la cercanía. Sin embargo, el evitativo podría seguir necesitando su espacio, lo que podría frustrar al seguro si no se respetan bien los límites. La comunicación es clave en esta pareja para encontrar un equilibrio donde ambos se sientan cómodos.

Seguro – Desorganizado: Una relación entre una persona segura y una con apego desorganizado puede ser un desafío, pero también una oportunidad para crecer. El seguro puede brindar estabilidad y apoyo, ayudando a que la persona desorganizada se sienta menos temerosa de la intimidad. Sin embargo, el desorganizado puede tener cambios de humor que pongan a prueba la paciencia del seguro. Con esfuerzo y comprensión, esta relación tiene el potencial de ser muy sanadora.

Ansioso – Desorganizado: Esta combinación puede ser todo un reto. El ansioso busca siempre estar cerca y sentir que todo está bien, mientras que el desorganizado tiene una relación complicada con la intimidad, a veces queriendo acercarse y otras veces sintiéndose asustado. Esto puede crear un ciclo de altibajos emocionales donde ambos se sienten inseguros. Sin un trabajo conjunto y mucha comunicación, esta relación puede resultar agotadora.

La influencia de las figuras parentales en el desarrollo del apego

Así influye la madre en los apegos:

La relación madre-hijo es el primer y más importante vínculo emocional, el cual establece las bases para todas las relaciones futuras.
La capacidad de la madre para ser sensible y responder adecuadamente a las necesidades emocionales y físicas del bebé es fundamental para que el niño desarrolle un apego seguro. Por ejemplo: una madre que acoge con calidez y escucha a su hija le enseña a esperar lo mismo de los demás.
La manera en que la madre maneja sus emociones y afronta las separaciones influye en cómo el niño aprenderá a regular sus emociones.
Una madre que enfrenta el mundo con confianza y equilibrio puede transmitir esa fortaleza a sus hijos.
En resumen, la madre actúa como un espejo emocional, reflejando lo que el niño sentirá sobre sí mismo y sobre los demás.

Por otro lado los padres influyen así en los apegos:

La relación con el padre también juega un papel relevante en la formación del estilo de apego y en la manera en que nos relacionamos con otros en la vida adulta, especialmente en la forma en que las mujeres se relacionan con lo masculino.
Un padre presente, afectuoso y emocionalmente disponible puede fortalecer la seguridad emocional del niño, promoviendo un apego seguro. Por ejemplo: una hija que experimenta esta seguridad con su padre puede buscar relaciones similares con otros hombres en su vida adulta.
Por otro lado, la ausencia de una figura paterna positiva, ya sea física o emocional, puede llevar a la inseguridad en las relaciones futuras, generando expectativas de abandono o dificultad para confiar en los demás.
Para muchas mujeres, esto puede traducirse en una constante búsqueda de aprobación masculina o en una tendencia a evitar el compromiso.
El padre, en muchos casos, modela la relación del niño con el mundo exterior, enseñando cómo interactuar y establecer vínculos fuera del núcleo familiar.
Las mujeres, en particular, pueden enfrentar desafíos en sus relaciones con hombres si han tenido un padre distante o ausente, ya que esto afecta la manera en que perciben y se conectan con lo masculino.
¿Podemos cambiar nuestro estilo de apego?

La buena noticia es que sí, es posible modificar nuestro estilo de apego y desarrollar relaciones más saludables y satisfactorias. Aquí algunos pasos clave:

Autoconciencia: El primer paso es reconocer cuál es nuestro estilo de apego y cómo influye en nuestras relaciones. Esta autoexploración es fundamental para entender por qué actuamos de cierta manera en nuestras interacciones y cómo podríamos mejorar.
Reflexión guiada: Participar en espacios donde se aborden temas como el apego y las relaciones humanas puede ser transformador. Reflexionar y profundizar en nuestras experiencias pasadas nos permite identificar patrones y tomar decisiones conscientes hacia un cambio positivo.
Relaciones sanadoras: Rodearnos de personas que tienen un apego seguro y estable puede ser un gran catalizador para nuestro propio crecimiento. Estas relaciones nos muestran que la confianza y la seguridad son posibles, y nos animan a replicar esos comportamientos en nuestras propias vidas.
Práctica consciente: Cambiar patrones de pensamiento y comportamiento no ocurre de la noche a la mañana. Requiere práctica y un esfuerzo consciente por responder de manera diferente en nuestras relaciones. Con el tiempo, estos nuevos patrones pueden consolidarse y llevarnos a un estilo de apego más seguro.
Conclusión

Entender nuestro estilo de apego puede ser una herramienta poderosa para mejorar nuestras relaciones. Nos permite comprender por qué actuamos de ciertas maneras en nuestras relaciones íntimas y nos da la oportunidad de hacer cambios positivos. Recuerda, no estamos destinados a repetir los patrones del pasado. Con conciencia, esfuerzo y a veces ayuda profesional, podemos desarrollar relaciones más seguras y satisfactorias.

Mario Guerra. Tanatólogo, conferencista y Business Coach.

TW: @marioguerra / Web: www.marioguerra.mx / FB: Mario Guerra

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